lunes, 21 de julio de 2025

En casa de herrero...

No todo lo que brilla es oro... ¡También puede ser hierro! Pensemos, si no, en las relucientes espadas y armaduras medievales. ¡Pero no nos adelantemos! Mejor recorramos paso a paso la historia de este fascinante oficio: la herrería.

UN METAL AL ROJO VIVO
Si nos hablan de un herrero en seguida lo imaginamos forjando las tradicionales herraduras para los caballos. Pero el oficio es bastante más rico y abarcador! Son muy variadas las formas que puede darle al metal. ¿Cómo lo hace? Primero calienta el hierro en un enorme fogón. Cuando ya está al rojo vivo lo martilla sobre un yunque o "bigornia", haciendo un barullo terrible. Y... ¡Ah, cierto! El enorme fogón del herrero se llama "fragua".



ACERCA DE HOCES Y HACHAS
Los primeros herreros vivieron allá por el 1500 a.C. Provocaron una verdadera revolución, ¡y no exageramos ni un poquito! porque con el hierro se pudieron forjar herramientas mucho más resistentes.
El cambio se notó sobre todo en la agricultura. Las hoces y hachas ya no se hicieron de piedra o bronce, sino de hierro. Era un metal mucho más duro, y además... ¡te imaginás cuánto más filosas serían!

UN ARMA PELIGROSA
Otro avance importante lo hubo en lo que a armas se refiere. Las lanzas con punta de hierro probaron ser más eficaces que los antiguos filos de piedra o bronce. ¡Y obvio!... tener armas más poderosas facilitó la caza de animales y el dominio del hombre sobre ellos. ¡Y ni hablar de las espadas! Las más famosas fueron sin duda las toledanas. Sus forjadores las hicieron lucir por el "temple" que les daban, lo que las hacía más temibles.


UN ARTE APARTE
Pasaron los siglos y los herreros siguieron martillando. A decir verdad, se convirtieron en grandes artistas. Los yelmos de los herreros griegos eran verdaderas "joyitas" labradas*. Los orientales hicieron lo suyo con sus sables de hojas cinceladas. ¿Sabías que los escudos de Micenas tenían labradas escenas de la vida cotidiana? ¡Pavadita de escudos aquéllos!
(*) ¡Ah! Por si no lo sabías, los yelmos eran los cascos que usaban antiguos soldados cuando iban a combatir.









ARMADURAS Y CAÑONES
Y llegó la Edad Media. Con ella vinieron las enormes armaduras y las pesadas espadas con incrustaciones de piedras preciosas. ¡Pensar que todo aquello lo forjaban a golpe de maza y martillo! Aún admiramos el esplendor de las armaduras, pero no su eficacia. Nada pudieron contra las balas de cañón y de otras armas de fuego. ¡Oh, casualidad! Los cañones también se hacían con hierro.




LA HERRERÍA MODERNA
Hoy, en el siglo XX, el martillado a mano del hierro se hace sólo para obras de arte. También para trabajos especiales, como enrejados o cabeceras de cama. Enormes máquinas hacen ahora la mayoría del trabajo. La herrería se ha mecanizado. Fabrica objetos en serie y en grandes cantidades. Pero... ¿sabés una cosa? ¡Las máquinas también funcionan a golpe de martillo! Y aquí, entre nosotros, el calor del fuego y el ruido del martillo son tan intensos como en las herrerías antiguas.






ALGUNOS DATOS CURIOSOS
¿Sabías que a partir del hierro se obtiene el acero? ¡Hasta barcos y puentes se fabrican con este material! Martinete es el nombre del martillo industrial. Pero también es el nombre de un canto flamenco que sólo se acompaña con golpes de martillo sobre un yunque.

Revista Anteojito N°1480, pp. 12-13
21 de julio 1993

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