Los guaranies fueron un pueblo amante de la naturaleza, que explicó con hermosas leyendas todo lo que sus mentes no alcanzaban a comprender. Esto sucedió con casi todos los pueblos que habitaron nuestro territorio. Por eso poseemos un riquísimo folclore. El origen de la vida, el movimiento de los astros, el misterio de la muerte. El colibrí o picaflor, al que los guaranies llamaron: mainumbi, es un pájaro diminuto, de refulgente belleza que se alimenta con el néctar de las flores. Pero para los guaraníes el picaflor era el simbólico mensajero entre los dioses y los hombres. ¿De qué manera cumplía su maravillosa misión? Al llegar la muerte los hombres abandonan su cuerpo en la tierra, pero el alma que anida en ellos vuela a ocultarse en una flor. Mainumbí, al libar el néctar con su largo pico, halla en la flor el alma del que acaba de morir. Con un ágil aleteo llega hasta el Paraíso, y allí deja el espíritu, que encuentra, gracias a él, su morada eterna.
Revista Anteojito N°1473, pp. 42
02 de junio 1993
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1473
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