del cielo, la luna roja
va acarreando la noche
sobre la campiña sola.
(Aquí y allá, en las colinas
los perros, ya entre las sombras,
se vuelven, un punto, y ladran
a su enorme luz redonda.)
Lo que trae el carro es sueño
de no sé qué mano pródiga,
de cuyo dueño, tan sólo
se ven estrellas remotas.
Juan Ramón Jiménez
Revista Anteojito N°1489, p.03
22 de septiembre 1993
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