Se despierta el sol y empieza,
callado, su recorrido,
pero a su paso el trabajo
le brinda sonoros himnos.
La brisa canta muy suave
un estilo en los trigales,
que lo hace cálido el Sol
con sus abrazos de padre.
Los girasoles, al Sol
lo siguen en su camino
y visten, de paso, al campo
con un vestido amarillo.
Publio Cordero
Revista Anteojito N°1480, pp. 03
21 de julio 1993
https://archive.org/details/23a_20230102_20230102_2339/03.jpg
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