Amable y silencioso como rayo de luna…
en tu faz, como flores inmateriales, deben
florecer las sonrisas.
Haz caridad a todos de esas sonrisas, hijo.
Un rostro siempre adusto, es un día nublado,
es un paisaje lleno de hosquedad, es un libro
en idioma extranjero.
Amable y silencioso, ver por la vida, hijo,
escucha cuanto quieran decirte, y tu sonrisa
sea elogio, respuesta, objeción, comentario,
advertencia y misterio.
Amado Nervo
Hojas Sueltas, pág. 41
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