sábado, 14 de mayo de 2022

¡Madre mía!

Con mi mano en la tuya, 
madre querida, 
voy haciendo un camino: 
el de mi vida.

Si al paso nos sorprende 
alguna pena, 
eres tú quien la enfrenta 
y en ti se queda.

Mas si ves asomarse 
una alegría, 
me la das a mi toda, 
para que ría.

No ambicionas ni buscas 
mejor regalo 
que la dicha que pueden 
darme tur manos.

Lunita de Plata,
pág. 114

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