Por lo de pequeña
se me ocurre así,
ponerle por nombre
la Madre Cuí.
Allá por los ranchos
alza su hermanito,
cuida que gatee,
limpia su moquito.
Apenas un palmo
separa la altura.
¡Qué larga distancia
medida en ternura!
Ambos chiquilines
y él su mitaî;
ella del hermano
es Mamá Cuí.
Ella que no juega
sabe hacer jugar;
ella que se cría
sabe ya criar.
Sin ir a la escuela
ya cumple deberes;
a falta de un moño
tiene quehaceres.
¡Qué muñeca grande
que le dio la vida,
porque sea pronto
madre recibida!
En el rancho hamaca
su amoroso bien,
y de paso acuna
su niñez también.
Con la infancia pobre
siempre pasa así:
antes de ser niña
ya es Mamá Cuí.
se me ocurre así,
ponerle por nombre
la Madre Cuí.
Allá por los ranchos
alza su hermanito,
cuida que gatee,
limpia su moquito.
Apenas un palmo
separa la altura.
¡Qué larga distancia
medida en ternura!
Ambos chiquilines
y él su mitaî;
ella del hermano
es Mamá Cuí.
Ella que no juega
sabe hacer jugar;
ella que se cría
sabe ya criar.
Sin ir a la escuela
ya cumple deberes;
a falta de un moño
tiene quehaceres.
¡Qué muñeca grande
que le dio la vida,
porque sea pronto
madre recibida!
En el rancho hamaca
su amoroso bien,
y de paso acuna
su niñez también.
Con la infancia pobre
siempre pasa así:
antes de ser niña
ya es Mamá Cuí.
Franklin Ruveda
Cuí: Pedacito; mitaí: niñito
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