sábado, 20 de noviembre de 2021

En el jardín


-Toda palabra es un gorjeo; tiene su música…
Rosa repite la expresión de su maestra, mientras riega las violetas de sus canteros y aparta la seroja amarillenta.
-¿Y por qué no, su perfume? ¡La palabra también tiene perfume!
Sonríe ante su hallazgo. Le crecen alas como a las mariposas. Y como las mariposas corre de flor en flor para dejarlas un beso.
-¡Chiquilla! –exclama la mamá, al sorprenderla en tan dulce actitud. Rosa se avergüenza un poco.
-No, no te pongas así; que lo que tú haces es una forma de exteriorizar tu bondad. ¿Hay algo más parecido a ti que una flor? Cuídalas siempre. Quiérelas bien. Cada una de ellas es una vida respetable. Son como un ejemplo de generosidad. Nada te piden y, en cambio, se te dan enteras… Y si no, ¿de dónde el ramo de nomeolvides para la abuelita?, ¿de dónde los nardos para la maestra?, ¿de dónde el clavel vistoso y perfumado para papá? Ellas son la alegría de tus ojos, la belleza de tus manos y la frescura de tus besos.

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