martes, 19 de diciembre de 2023

El tiempo también tiene su historia

¿EN QUÉ AÑO ESTAMOS?
¿Sabías que nuestro calendario no es el mismo en todo el mundo? Mientras nosotros nos preparamos para recibir el año 1998, para los musulmanes es el año 1418 y para los judíos, el 5758. Es que las referencias cronológicas varían con las diferentes culturas. Y esto, a pesar de que en su origen todos los calendarios se basan en la observación de los fenómenos astronómicos fácilmente observables como es el movimiento de la Luna alrededor de la Tierra (fases lunares) y la traslación de nuestro planeta alrededor del Sol.

UN ANTIGUO CALENDARIO
Hace más de 6.000 años, los egipcios crearon uno de los más precisos calendarios de la Antigüedad. El calendario solar egipcio constaba de 365 días, divididos en 12 meses de 30 días, a los que se añadían otros 5 días consagrados a las celebraciones religiosas. Pero como el año solar no dura 365 días, sino exactamente 365 días 5 horas 48 minutos y 46 segundos, se producían algunos desfases.
Hay tres tipos básicos de calendarios: los lunares, los solares y los lunisolares (que combinan ambos sistemas).



LOS NOMBRES DE LOS MESES
El primitivo calendario romano estaba compuesto de 12 meses lunares, algunos de cuyos nombres se emplean todavía: Martius, Aprilis, Maius, lunius, Quintilis, Sextilis, September, October, November, December, lanuarus y Februarius. Pero como el año solar no coincidía con el lunar, cada tanto se añadían meses adicionales, lo cual resultaba bastante complicado.





AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR
En la época que Julio César gobernaba Roma, el calendario se hallaba en completo desacuerdo con la realidad. Por eso, hacia el año 46 a. de C., le encomendó al astrónomo de Alejandría, Sosígenes, que realizara los cálculos necesarios para ajustar el almanaque. Así nació el calendario juliano, basado en el año egipcio.
En honor a Julio César se le dio el nombre de Iulius al mes Quintilis.

NACEN LOS AÑOS BISIESTOS
El calendario juliano partía del cálculo que el año duraba 365 días y 6 horas. Por eso había años "normales" de 365 días, pero -para compensar esas 6 horas- cada cuatro años se le agregaba un día a febrero. Este es el origen de los años bisiestos, que tienen 366 días.

SEPTIEMBRE YA NO ES EL SÉPTIMO
Fue también César quien dispuso que el año comenzara el 1º de enero y no en marzo. Pero como les conservó el nombre a los meses, se produjeron ciertas discordancias: por ejemplo, september (septiembre) ya no era el mes séptimo -como lo indicaría su nombre- sino el noveno. Poco después, el Senado romano también cambió el nombre del mes Sextilis por el de Augustus.



¿ONCE INUTOS NO ES NADA?
Pero el calendario juliano tampoco resultaba preciso, ya que la Tierra tarda 365 días 5 horas 48 minutos y 46 segundos en recorrer su órbita alrededor del Sol. Por lo tanto, el calendario juliano era 11 minutos y 14 segundos más largo que el verdadero año solar. Unos once minutos parecen ser insignificantes, pero, a medida que pasaron los años, este error representó horas y, más tarde, días.

EL CALENDARIO GREGORIANO
Así llegamos al siglo XVI. En 1582, ese pequeño desajuste ya significaba una diferencia de10 días. Por eso, el papa Gregorio XIII mandó a hacer otra reforma. Para empezar, se borraron de un plumazo los diez días que sobraban y, así, el día siguiente al viernes 4 de octubre fue viernes 15 de octubre.
Por la reforma gregoriana el año 1582 apenas tuvo 355 días.

PARA PREVER FUTURAS COMPLICACIONES
Pero, además, para evitar que este problema volviera a surgir en el futuro, se decidió suprimir tres días cada 400 años. De este modo, para el calendario gregoriano, los años seculares (los que terminan en dos ceros) sólo se consideran bisiestos si son divisibles por 400. Esto significa que el año 2000 será bisiesto, aunque el 1900 no lo fue ni tampoco lo será el 2100. Todo bien calculado, ¿no?

¿ANTES O DESPUÉS DE CRISTO?
El sistema de numerar los años a partir del nacimiento de Cristo se debe a Dionisio el Exiguo, en el siglo VI.
El sistema cronológico más empleado toma como base el año del nacimiento de Jesucristo. Las fechas anteriores llevan la indicación a. de J. C. o a. de C. (antes de Cristo); las posteriores, d. de J. C. o d. de C. (después de Cristo). Hacia el año 527, el monje Dionisio el Exiguo estableció arbitrariamente la fecha de nacimiento del Salvador. Estudios posteriores demuestran que se equivocó en sus cálculos, pues la Natividad ocurrió probablemente hacia el año 4 antes de Cristo.

PERO NADA ES TAN EXACTO
¿Sabías que el calendario gregoriano -que es por el cual nos regimos actualmente- tampoco es totalmente exacto? Acumula aproximadamente un error de un día cada 3.000 años. Por eso, es probable que hacia el año 5000 se tenga que suprimir otro día. Pero para eso falta mucho, ¿no te parece?

Revista Anteojito N°1712, pp.8-9
19 diciembre 1997
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1712/page/n6/mode/1up

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