Hay un sendero que va
desde tu casa a la escuela.
Está mamá en un extremo en
el otro, la maestra.
Cuando a la escuela diriges
tus pasos alegremente,
llevas ternura en el beso
que mamá te dio en la frente.
Y cuando a casa retornas,
en tu carita de fiesta
llevas el beso de madre
que te ha dado la maestra.
Publio A. Cordero
jueves, 29 de agosto de 2024
Escuelita humilde
escuelita pobre... ¡que yo quiero tanto!
Mi dulce maestra, corazón de tiza
todo lo resuelve con una sonrisa.
Eres como un nido, pequeño y feliz
donde cada día, ¡crece mi país!
Escuelita humilde, perdida en el campo
escuelita pobre... ¡que yo quiero tanto!
Néstor D'Alessandro
Revista Anteojito N°1590, pp.2
29 agosto 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1590/page/n1/mode/1up
viernes, 23 de agosto de 2024
Islas, Islitas e Islotes
Una porción de tierra rodeada de agua es una isla. Puede ser chica o grande. Puede estar sola o acompañada de otras islas. Una isla pequeña se llama islote. Un grupo de muchas islas forma un archipiélago. Si el archipiélago di buja un circulo, entonces se llama guirnalda insular, que no es lo mismo que una guirnalda de papel crepe.
Las islas continentales son las que se encuentran cerca de un continente, unido a éste por un estrecho sumergido pero poco profundo. En otras épocas formaban parte de un continente, y se convirtieron en islas cuando subió el nivel del mar y se hundió el estrecho que las conectaba a "tierra firme”. Algunas veces están en grupo y otras veces aisladas.
Las islas oceánicas son las que emergen desde el fondo del mar. Entre ellas, las volcánicas están formadas por la acumulación de lava volcánica. En cambio, las coralinas, que también son islas oceánicas, son esqueletos de coral que rodean a una laguna interior. Antiguamente estaban sumergidas y la laguna interior era.... ¡un volcán!
Las islas interiores fueron formadas por la corriente de algún río, en su curso o en su desembocadura. Son acumulaciones de tierra transportada por los ríos, de modo que son muy inestables. Entre las "islas de los deltas”, como se llama a las interiores, se cuentan las del pintoresco Tigre, en el delta del Paraná. La desembocadura del Nilo, en Egipto, es otro ejemplo clásico de delta.
Las islas más grandes del mundo son: Australia (7.618.517 km²); Groenlandia (2.175.600 km²); Nueva Guinea (791.439 km²), Borneo (725.472 km²) y República Malgache (587.039 km²). Como te habrás dado cuenta, algunas islas son países. ¿Podrías averiguar qué otras "islas-países" existen y a qué tipo pertenece cada una?
Revista Anteojito N°1537, pp.32
23 agosto 1994
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1537/page/n31/mode/1up
miércoles, 21 de agosto de 2024
El Visitante, Chong Hyon-jong
La llegada de una
persona
Es, de hecho, un
gran hito.
Él
viene con su
pasado,
su presente,
e incluso con su
futuro.
Su vida entera viene
con él.
Como se rompe tan
fácilmente
El corazón que viene
probablemente se
rompió antes -
Un corazón
cuyas capas solo el
viento puede
rastrear
Si mi corazón
pudiera imitar ese
viento
Podría convertirse
en un lugar
acogedor.
viernes, 16 de agosto de 2024
Reportaje
Álamo: ¿con qué sueñas
allá tan alto?
Con rumor de vertientes,
nidos y pájaros.
Sauce: ¿qué pedirías
para tus ramas?
Que en ellas una cuna
se columpiara.
Nogal: ¿de los sonidos,
el más alegre?
El que hacen los chiquillos,
cascando nueces.
Higuera: ¿algún deseo
para expresar?
Despertar florecida
como un rosal.
Pinar: ¿duermen la siesta
los pinos niños?
¡Juegan al veo veo
con sus vecinos!
Haydée Mayochi
Revista Anteojito N°1536, pp.3
16 agosto 1994
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1536/page/n2/mode/1up
domingo, 4 de agosto de 2024
El viejo y la muerte
Entre montes, por áspero camino,
tropezando con una y otra peña,
iba un viejo cargado con su leña,
maldiciendo su mísero destino.
Al fin cayó, y viéndose de suerte
que apenas levantarse ya podía,
llamaba con colérica porfía
una, dos y tres veces a la muerte.
Armada de guadaña, en esqueleto,
la Parca se le ofrece en aquel punto;
pero el viejo, temiendo ser difunto,
lleno más de terror que de respeto,
trémulo le decía y balbuciente:
"Yo... señora... os llamé desesperado;
pero..." "Acaba; ¿qué quieres, desdichado?"
"Que me carguéis la leña, solamente"
tropezando con una y otra peña,
iba un viejo cargado con su leña,
maldiciendo su mísero destino.
Al fin cayó, y viéndose de suerte
que apenas levantarse ya podía,
llamaba con colérica porfía
una, dos y tres veces a la muerte.
Armada de guadaña, en esqueleto,
la Parca se le ofrece en aquel punto;
pero el viejo, temiendo ser difunto,
lleno más de terror que de respeto,
trémulo le decía y balbuciente:
"Yo... señora... os llamé desesperado;
pero..." "Acaba; ¿qué quieres, desdichado?"
"Que me carguéis la leña, solamente"
Félix M. Samaniego
Revista Anteojito N°89, pp. 18
4 agosto 1966
https://archive.org/details/anteojito-n-89-4-agosto-1966/page/18/mode/1up
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