domingo, 4 de agosto de 2024

El viejo y la muerte


Entre montes, por áspero camino,
tropezando con una y otra peña,
iba un viejo cargado con su leña,
maldiciendo su mísero destino.
Al fin cayó, y viéndose de suerte
que apenas levantarse ya podía,
llamaba con colérica porfía
una, dos y tres veces a la muerte.
Armada de guadaña, en esqueleto,
la Parca se le ofrece en aquel punto;
pero el viejo, temiendo ser difunto,
lleno más de terror que de respeto,
trémulo le decía y balbuciente:
"Yo... señora... os llamé desesperado;
pero..." "Acaba; ¿qué quieres, desdichado?"
"Que me carguéis la leña, solamente"
Félix M. Samaniego
Revista Anteojito N°89, pp. 18
4 agosto 1966
https://archive.org/details/anteojito-n-89-4-agosto-1966/page/18/mode/1up

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