escuelita pobre... ¡que yo quiero tanto!
Mi dulce maestra, corazón de tiza
todo lo resuelve con una sonrisa.
Eres como un nido, pequeño y feliz
donde cada día, ¡crece mi país!
Escuelita humilde, perdida en el campo
escuelita pobre... ¡que yo quiero tanto!
Néstor D'Alessandro
Revista Anteojito N°1590, pp.2
29 agosto 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1590/page/n1/mode/1up
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