viernes, 10 de enero de 2014

El barrilete


-¿Por qué no me haces un barrilete, Ernesto?
-No bien termine de construir este bote, satisfaré tus deseos.
Y no bien termina su trabajo comienza el otro.
-No es dificíl hacerlo... ¿Ves?... Se cortan tres varillas iguales... Se cruzan dos de ellas, oblicuamente, por la mitad, y se las une con un hilo... Se atraviesa la otra, horizontalmente, y se las une en el mismo lugar... ¿Comprendes?... Para darle forma se van uniendo los extremos cuidados que el hilo quede tenso... Así... Colocas la armazón sobre un papel... sobre este papel amarillo... Lo recortas...

Engrudas los bordes y, luego, los doblas para pagarlos, de manera que oculten el hilo que les dio forma... Ahora se colocan dos riendas en los vértices superiores, que se unirán a una tercera, que haremos salir del centro... Así, ¿ves?... Por último, otras dos riendas en las vértices inferiores para atarle una cola, que haremos con los retazos de un viejo delantal de María Luisa...


Y ya tenemos hecho de barrilete... ¿Qué me dices? ¿Te agrada?
-Ya lo creo -dice Joaquín-. Hoy mismo iré a la playa a remontarlo. Aprovecharé para enviar un mensaje a las nubes. ¿No te parece bien? Gracias, Ernesto. Cuando yo sea aviador te invitaré a pasear alguna tarde por el cielo.

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