domingo, 21 de octubre de 2018

Ultratumba

A mis hijos

Cuando me halle lejos, muy lejos, muy lejos.
En ese ignorado remoto país
Al que todos, todos, más pronto o más tarde,—
Tras esta existencia,—hemos de partir;
Cuando ya tan sólo quede la memoria.
Tenue y esfumada, de aquello que fui;
Y como en un sueño, muy vago, muy vago.
Mi voz, mis consejos, os parezca oír;
Si el «Dos de Noviembre
», dia de los Muertos,
O en mis cumpleaños, u otra fecha así,
Suena en vuestros labios mi nombre; y, ansiosos.
Vuestros nietezuelos, antes de dormir,
Os piden «un cuento» muy largo, muy largo.
Con claras noticias acerca de mi,
E incrédula os dice su voz asombrada:
«—¿Tú tuviste madre? ¿Fuiste chiquitín?
«—¿Era hermosa y buena? ¿Te besaba siempre?
«¿Como tú nos quieres, te quiso ella a ti?» —
Entonces, entonces, doblad sus rodillas,
Y sus manecitas color de jazmín
Sobre el pecho crucen, y al Dios de los Cielos,
Que atiende los ruegos del labio infantil,
Que oren, enseñadles, que oren por aquella
Que cumplió el precepto de amar y sufrir;
Y aunque esté mi cuerpo muy hondo, muy hondo.
Sus mágicas voces irán hasta allí;
Y aunque mi alma arriba, muy alta, muy alta.
Feliz reposando de la humana lid.
Se encuentre,—¡no importa! que ese eco bendito
Espíritu y cuerpo lo habrán de sentir!

Lastenia Larriva de Llona

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