sin ira y sin agravios
sin orillos que reduzcan el vuelo de tu mente
ni mordaza en el labio.
Recitar, sin sordinas, tu oración milenaria
que sube al infinito,
sin sombra que oscurezca la luz de tu plegaria
ni turbe la sagrada dignidad de tu rito
Desplegar el fecundo valor de tu energía
sin pena ni embargo,
para ganar en calma tu pan de cada día
y ofrecer, a quien ames el fruto de tu brazo
Vivir sin la tortura de infamias imprevistas,
en paz contigo mismo y al amor de tu credo
vivir en el disfrute total de tus conquistas,
sin rubor y sin miedo.
Ramiro Hernández Portela
Fuentes de vida de B.N.B. de Iacobucci y G.C. Iacobucci,
pág 106
Mi primera lectura en una escuela pos milicos en Argentina...campeonato de lectura en la primaria,por supuesto perdi,pero gane porque desde 1986 me quedó y me cambio la manera de pensar
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