sábado, 15 de diciembre de 2018

A una señorita el día de sus 15 años

Inocente Pilar; mi tierna amiga,
Sobre tus sienes su invisible mano,
El Padre de los cielos te bendiga
Desde su trono de oro soberano.

Hoy el sol de tu vida se levanta;
El alba ya pasó. Brilla en tu Oriente
Magnífica su luz; deslumbra, encanta,
¿Nunca una nube eclipsará su frente?

¡Ah! Quien pudiera detener la noche
Que los años traen yerta y oscura,
Y bajo eterno sol guardar en broche
La delicada flor de tu hermosura!

Ríe; canta feliz; sean tus horas
Gotas de agua de fuentes cristalinas,
Y sea de placer si inquieta lloras,
Tórtola de mis playas argentinas.

Guarda en tu corazón tan inocente
Por largo tiempo tu infantil sonrisa;
Y al adormirse tu virgínea frente
Sueña por tu jardín lirios y brisa.

De hora en hora tan libre como hermosa
Juega con tus canciones y tus galas,
Como juega la blanca mariposa
De flor en flor sin espinar sus alas.

Y como ella se escapa de los suelos
Embriagada en el ámbar de las flores,
Tu alma, soplo de Dios, alce sus vuelos
Al Padre de tus cándidos amores.

Pilar, y acaso si llegara un día,
Allá en el vuelco de lejanos años,
En que oprimiesen con su mano impía
Tu noble corazón los desengaños;

Mira estas hojas pálidas, sin nombre,
Con que oso coronar tus quince abriles:
Y busca luego sin temor al hombre
Que sonrió a tus años juveniles.

Jose Marmol 

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