martes, 7 de abril de 2020

Efímera

“¡Mañana”, si, mañana, y aun mañana
Y después de ese seguirá otro día,
Corriendo todos con tenaz porfía
A perderse en la inmensa eternidad.

Asi pasan fugaces nuestras horas
En su curso monótono y medido,
Alumbrando el camino que al olvido
Conduce a la doliente humanidad.

Apenas llega un día y desvanece:
Efímero cual él, otro le sigue;
Y eterno el tiempo en su tarea prosigue
Arrollando a la vez lo que creo;

Y el hombre, convidado misterioso
De ese festín de muerte, pasa vano,
Como de arena imperceptible grano
Que el viento del desierto levanto.

M. Belzu de Dorado
Estudiante Argentino, pág. 156

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