lunes, 6 de abril de 2020

Tardes oscuras

Cielo que infundes con tu aliento frío
Profundo sueño a la otoñal floresta,
¡Cómo tu dulce languidez se presta
A la expansión del sentimiento mío!

No temo yo que tu seno umbrío
De pronto surja tempestad funesta,
Pues sólo –como un alma mal dispuesta
Eres terrible cuando estas vacio.

Opacando tu luz, se arremolina,
Como llanto que pugna, la neblina;
Mas tu le pones invisibles vallas.

Al mirarte tranquilo, aunque nublado,
Me pareces un ser infortunado
Que sufres mucho y sin embargo callas.

Felipe Alva 
Faro, pág 178

No hay comentarios.:

Publicar un comentario