sin hojas y sin frutos y sin flores,
puede prestar asiento a los pastores
y un báculo ofrecer al peregrino.
Así el anciano de experiencia y tino
máximas da que evitan sinsabores:
y sin savia, ni aromas, ni colores,
cumple su ley y tiene su destino.
¡Oh labrador! Escucha mi consejo:
te debes resistir cual me resisto
a cortar ramas aunque estén desnudas
porque puede salir de un árbol viejo
quizá la cruz en que sucumba un Cristo,
quizá la rama en que se cuelgue un Judas.
José Santos Chocano.
Estudiante Argentino, pág. 139
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