Entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.
Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.
Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.
Con todo lo que tiene de cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.
Tropezando con mi rostro distinto cada día.
¡Asesinado por el cielo!
Federico García Lorca
Poeta en Nueva York
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