Estábamos en clase cuando llegó hasta el aula el ruido de un motor de aeroplano. Hubo inquietud en todos los alumnos. Las miradas se dirigieron a los ventanales. La señorita maestra comprendió aquella actitud y dijo:
-Salgamos al patio.
Sin apresuramiento, sin causar desorden, abandonamos el aula. Estábamos alegres porque una vez más nos había comprendido.
Ya en el patio, nadie dejó de levantar la cabeza y mirar hacía el cielo para contemplar el pájaro mecánico.
Exclamaciones de júbilo. Comentario breve.
-El hombre se hizo de alas para volar -dijo alguien.
Esta expresión sorprendió a la maestra y sonrió.
-El hombre, pequeños, ha dominado todos los elementos. No se contentó con poseer la tierra; quiso también adueñarse del mar, del aire y del fuego, y logró hacerlo... ¡Ved con qué serenidad cruza el espacio! Nuestras aves mecánicas recorren los caminos del cielo de la patria y a veces atraviesan las fronteras llevando un mensaje de paz entre los hombres. Además de ser un símbolo de progreso, son un vínculo de amor: transportan correspondencia, acortan distancias, salvan vidas...
-Pero también arrojan bombas... -dice Alcides.
-Desgraciadamente, es verdad lo que dices. Pero nuestras naves aéreas son aves de paz, pequeño mío. ¡Y ojalá nunca dejen de serlo, aunque, si alguna vez llegáremos a estar en peligro, ellas no defenderán la patria desde el cielo!
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