jueves, 6 de junio de 2024

Leyenda del palo borracho


Naipá era hija del cacique Caimaré, que habitaba las hermosas y cálidas tierras del Litoral. Huérfana de madre fue criada por las mujeres de la tribu. Creció en medio de la naturaleza y aprendió el lenguaje de las flores, del río, de los pájaros... Un día paseaba por el bosque cuando conoció a un apuesto joven de quien se enamoró. Fue correspondida y poco después ambos unieron sus vidas. Pero los jóvenes de la tribu miraban con disgusto a ese extranjero que ocuparía el trono de sus mayores y una noche le dieron muerte. Naipa presa de dolor, huyó al bosque, fiel testigo de su amor, y nunca más regresó a su tribu. Su único consuelo era el llanto. Sus lágrimas calan incesantemente regando la tierra... Todos la buscaron, pero jamás pudieron hallarla porque Naipa poco a poco fue transformándose en un árbol con el tronco erizado de espinas y la copa cuajada de bellísimas flores. Ese árbol es el palo borracho cuyas espinas simbolizan el dolor de Naipa y las flores, la magia de su amor.

Revista Anteojito N°1578, pp.34
6 junio 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1578/page/n33/mode/1up

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