jueves, 19 de diciembre de 2024

¿Qué es el año?

¿Cómo lo definirías vos? Es sencillo, el año es la medida de tiempo señalada por la repetición de las estaciones. Cuando partiendo de una llegamos otra vez a la misma, esa medida de tiempo corresponde a la de un año. Esta medida es usada desde los tiempos más remotos y por, prácticamente, todas las civilizaciones conocidas, con pequeñas variaciones entre unas y otras. El hombre primitivo no pudo dejar de observar el fenómeno de un tiempo cálido o una estación de lluvias repitiéndose con exactitud cronométrica. Esta experiencia dio por sí sola, la medida y el concepto de "año", que es como dijimos, universal.

Revista Anteojito N°1606, p.28
19 de diciembre 1995

Buenos como el pan

El pan es un alimento conocido desde tiempos remotos. Posee alto valor nutritivo. Es tan importante que se lo considera sinónimo de alimento. Puede prepararse con harina de trigo, de cebada, de maíz, de centeno, todos cereales.

En la Edad de Piedra, el hombre tostaba los granos de cereales en piedras planas calentadas. Más tarde los granos se mezclaron con agua, obteniéndose una masa blanda, la gacha. Con el empleo de la levadura se obtuvo, por fermentación, el pan.


Mediante la cocción de la gacha en hornos se obtiene la galleta. Es dura y puede conservarse mucho tiempo. Los lapones (pueblo que habita el Nordeste de Europa, Escandinavia, Rusia), las preparan con harina de centeno y grasa de reno. Se llama kako.


En la antigua Roma existían panaderías, los pistrinum. Durante el Medioevo las panaderías se instalaron en los conventos. Actualmente en muchos lugares se prepara el pan en homos caseros. En nuestro país podemos encontrarlos especialmente en el interior.


El pan tiene un sentido religioso. Los hebreos ofrecían pan y harina a su Dios. Las mujeres griegas homenajeaban a la diosa Ceres con harina molida por ellas. En la religión católica se ofrece la hostia durante la Misa. Está hecha con pan sin levadura (ázimo).



Revista Anteojito N°1606, p.23
19 de diciembre 1995

Un calendario muy "frondoso"

¿Qué es un calendario? Es una división del tiempo en distintos periodos de duración parecida. ¿Y para qué sirve? Un calendario permite "ordenar" el tiempo del que disponemos y así organizar nuestras tareas más cómodamente. Claro que hay distintos tipos de calendarios, y algunos "florecieron más que otros...

Entre los celtas, antiguos pobladores del norte de Europa, estaba prohibida la escritura. Ellos consideraban que los conocimientos eran sagrados y sólo algunos pocos elegidos tenían el derecho a adquirirlos. Las enseñanzas, entonces, se transmitían oralmente, y debían ser retenidas "de memoria" por los privilegiados alumnos. Para facilitar este aprendizaje "oral", los celtas tenían algunas reglas "mnemotécnicas o "ayuda memoria". Las trece consonantes de su antiguo alfabeto, por ejemplo, se correspondían con el nombre de distintas especies de árboles. En lugar de "b, c, d, f...", los antiguos celtas decían "abedul, serbal, fresno, aliso..."

Y esto no es todo. Las trece consonantes de su alfabeto se correspondían con los trece meses en que dividían el año. Es decir, que cada mes llevaba el nombre de un árbol. Y esos árboles no se elegían al azar. Los meses llevaban el nombre del que estaba entonces en su apogeo, rebosante de flores o frutos. Este calendario tan "frondoso", se llamaba Beth-Luis-Nion, de acuerdo con los tres primeros "árboles" del año. Estaba dividido en 13 meses de 28 días. ¡Un total de 324 días cada año!

El Año Nuevo se celebraba el 24 de diciembre, que era para los celtas lo que el 1 de enero es para nosotros... Te presentamos al calendario "ecológico":

Beth, abedul: 24 de diciembre al 20 de enero.
Luis, serbal: 21 de enero al 17 de febrero.
Nion, fresno: 18 de febrero al 17 de marzo.
Fearn, aliso: 18 de marzo al 14 de abril.
Saille, sauce: 15 de abril al 12 de mayo.
Uath, espino: 13 de mayo al 9 de junio.
Duir, roble: 10 de junio al 7 de julio.
Tinne, acebo: 8 de julio al 4 de agosto.
Coll, avellano: 5 de agosto al 1ª de septiembre.
Muin, vid: 2 de septiembre al 29 de septiembre.
Gort, hiedra: 30 de septiembre al 27 de octubre.
Peith, lantana: 28 de octubre al 24 de noviembre.
Ruis, sauco: 25 de noviembre al 22 de diciembre.

Pero... ¿te diste cuenta? Falta un día, si, el 23 de diciembre. Se lo consideraba un día "intercalado" y coincidía con la víspera del solsticio de invierno en el hemisferio Norte. Era visto como un día nefasto porque era el día más corto del año. ¿Qué árbol le correspondía? Se lo representaba con el tejo, considerado el árbol de la muerte. El día siguiente, sin embargo, el sol comienza a brillar un poquito más y más. Justamente ese día, 24 de diciembre, es el día de Navidad y del Nacimiento del Niño Jesús. En el calendario celta, el día estaba gobernado por el abeto blanco, que luego pasó a ser nuestro simpático ¡Árbol de Navidad! ¡Tan remoto es su origen!

Revista Anteojito N°1606, pp.16-17
19 de diciembre 1995

sábado, 14 de diciembre de 2024

Cuento de primavera


La Primavera ha llegado a estos campos, mustios y pardos, y los recorre al despuntar el día.
La Primavera sonríe; su sonrisa, llena de luz, da nueva vida a la tierra.
Volando sobre el campo, la Primavera descubre un capullo, oscuro y grueso, que cuelga de la rama de un árbol, y que, con la brisa matinal, se mece como si fuera una campanita.
No era nada bonito el gusano que tejió ese capullo en otoño, y que desde entonces se metió allí para dormir.
Ahora la Primavera siente compasión por el gusano, pues piensa que no ha visto la tierra engalanada con el verdor de las hojas y el variado color de las flores. Por eso va diciendo a las semillas:
-Semillita, buena semillita, despierta; hay que hermosear la tierra para que el gusano, ¡pobrecito!, la conozca engalanada y se alegre. ¿Me quieres ayudar?
-Sí, sí -responden las semillas-. Ya hemos dormido demasiado; nuestras casitas están calientes y la lluvia ligera que tú trajiste las ha humedecido. Queremos salir; la fres- cura de la brisa nos acariciará.
Y las semillas, rompiendo su vestidura, echan hacia fuera las primeras hojitas, que son nuevas. Con ellas empieza el adorno de los campos.
Así, una alfombra tiñe de verde el llano y las colinas, y los perfuma.
Pero el gusano sigue durmiendo.
-Si duerme más, si no rompe su capullo a tiempo, morirá dice la Primavera. Arroyo, arroyito
saltarín, ¿quieres ayudarme a despertar al gusano?
-Sí, te ayudaré; aunque no me gustan los gusanos, sino las libélulas y las mariposas responde el arroyo y, haciendo un gran esfuerzo, rompe el hielo que lo aprisiona aún, y sus aguas corren y cantan.
Pero el gusano sigue durmiendo.
La Primavera, ansiosa, dice a los árboles y a las plantas:
-Árbol, echa brotes nuevos; planta, cúbrete de hojas. De este modo, los pájaros volverán y nos ayudarán a despertar al gusano.
Las plantas, la hierba y los árboles, presurosos, se visten de hojitas tiernas, y los pájaros, que habían emigrado huyendo del invierno, vuelven.
Un pajarito que todavía no sabe nada de las cosas del mundo, vuela y vuela, travieso y feliz, y así descubre el capullo que cuelga de la rama del árbol.
-¿Qué será? -se pregunta, y curioso, se acerca y lo golpea con el pico: toc, toc, toc...
Pero en seguida, temeroso, se aleja.
El gusano despierta, se mueve dentro de su estrecha morada, se estira, y advierte que durante su largo sueño ha estrenado nuevo vestido.
¡Hay que salir para que todos vean el traje nuevo! El capullo se rompe, y cuando el pajarito vuelve, lo encuentra vacío.
¿Quién habitaba allí?
Cerca, prendida de una rama, una bellísima mariposa, con movimientos lentos, suaves, delicados, empieza a extender sus alas, finas como la seda, y pronto se echa a volar.
Los pájaros, las plantas, la hierba, los árboles y el arroyo la contemplan con admiración.
-¡Qué hermosa! ¡Qué hermosa! -exclaman una y otra vez-. ¿De dónde ha venido?
-¿Nadie la conocía? -dice la Primavera. Es el gusano que estaba en el capullo oscuro y que entre todos hemos logrado despertar.
Sí, todos saben que ayudaron a sacar de su escondite aquella hermosura, y, contentos, sienten por eso honda felicidad.


(Autor anónimo)

viernes, 13 de diciembre de 2024

Villancicos


¡Quedito, quedo,
quedo, pastor!
Llega con tiento a la más
bella flor;
suspende el aliento,
suprime la voz,
que duerme mi Niño,
que duerme mi Dios.

La Nochebuena se viene,
la Nochebuena se va;
la alegría de esta noche
nadie nos la quitará.


Rafael Jijena Sánchez
Revista Anteojito N°1553, pp.2
13 diciembre 1994
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1553/page/n2/mode/1up

jueves, 12 de diciembre de 2024

Un alimento navideño

Cuando estemos festejando la Nochebuena, el 24 de diciembre, seguramente no nos faltará en la mesa el turrón. No sabemos por qué, pero mientras que es raro comerlo durante el año, по dejamos de hacerlo en la Navidad.


Lo hay de Alicante, de Jijona, de Gandia, de rosa, morisco, guirlache, de nieve y de varios otros tipos. Duros o blandos, claros y oscuros, con hostia o sin ella, el turrón está aso ciado con la Navidad desde hace mucho tiempo. Su historia es bastante curiosa y, en realidad, poco tuvo que ver con las fiestas navideñas. La "leyenda del turrón”, si se nos permite llamarla así, cuenta que nació en Cataluña, una región del norte de España. Eran tiempos de guerra y los soldados necesitaban un alimento especial: un alimento que tuviera muchas vitaminas y fuera capaz de darles las energías necesarias para la batalla diaria y, a la vez, que fuera lo suficientemente imperecedera. Es decir, que debía durar fresco mucho tiempo, para así poder llevarlo en las campañas sin tener que preocuparse por consumirlo de inmediato o perder tiempo en prepararlo. ¿Cómo se lograría tan curioso alimento? ¿Quién sería capaz de inventario? Bueno, hubo quién. Fue aquel que un día preparó una pasta a base de miel y frutas secas (nueces, almendras, pi ñones, etc.), que una vez amalgamada se dejaba deshidratar. El resultado fue un mazacote compacto, que se conserva perfectamente durante bastante tiempo. Además, había resultado ser una riquísima golosina. El producto logrado trascendió la causa por la cual había si do inventado, y así, pasó de los soldados a los civiles. Cada vez se fue mejorando más; cada región del país lo preparó a su manera", y el turrón se hizo popular. La Navidad se festeja en Europa durante el invierno, así que el turrón, pensado para dar energías, fue la golosina indicada para estos días. Su popularidad trascendió incluso las fronteras: fue adoptado por Italia, Francia y casi toda Europa... También nosotros, a pesar del calor del verano, gozamos del tan navideño y sabroso turrón.

¿SABÍAS...
…de dónde viene la palabra "turrón? Los etimologistas la hacen derivar de “turrar", versión popular del verbo "torrar". Significa "tostar", o "asar en brasas". En efecto, la masa mezclada con las frutas secas se hace tostar previamente al agregarle la miel. Y es riquísima, ¿No?

Revista Anteojito N°1605, p.17
12 de diciembre 1995

viernes, 6 de diciembre de 2024

Relato del primer pesebre de la historia

Greccio, Italia, 1223

Tres años antes de su muerte, San Francisco decidió celebrar con la mayor solemnidad posible, cerca de Greccio, el recuerdo del Nacimiento del Niño Jesús, con el fin de aumentar la devoción de los pobladores. (...) Hizo preparar un pesebre, consiguió algo de heno y trajo un asno y un buey. Convocó a sus hermanos y acudieron todos los vecinos del lugar. En el bosque retumbaban los cantos y esa noche venerable se vestía de esplendor, a la luz de las antorchas relucientes y al compás de los canticos que resonaban fuerte y alto. El hombre de Dios, parado frente al Pesebre y lleno de piedad, derramaba lágrimas y desbordaba de alegría. La misa se celebró usando el Pesebre por todo altar. Francisco cantó el san to Evangelio y más tarde habló y relató al pueblo reunido el Nacimiento de un rey pobre que llamó con ternura y amor el Niño de Bethlehem (Belén). El señor Juan de Greccio, caballero virtuoso y leal que había abandonado las armas de los príncipes de la tierra por amor a Cristo, afirmó que él habla visto a un niño muy hermoso que descansaba en la cuna y que pareció despertar cuando el bendito Padre Francisco lo tomó en sus brazos. Esta afirmación está suficientemente acreditada por la santidad del piadoso caballero pero también lo está por la verdad que expresa y por los milagros que siguieron. El ejemplo que Francisco ofreció al mundo despertó, en efecto, a las almas dormidas, y el heno del Pesebre conservado por el pueblo, sirvió de remedio para los animales enfermos y de salvaguarda contra todo tipo de desgracia.

"Leyenda Mayor", San Bonaventura
Revista Anteojito N°1552, pp.25
6 diciembre 1994
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1552/page/n24/mode/1up

jueves, 5 de diciembre de 2024

El pesebre navideño y su origen

Esta tierna y simpática "puesta en escena" del lugar del Nacimiento del Niño Jesús es tradición universal en la celebración navideña. Su historia se pierde en la oscuridad de los siglos.
La palabra "pesebre” viene del latin "praesaepe”, que significa "establo". Es pues un lugar donde se da de comer a las bestias. La palabra, sin embargo, es asociada desde tiempos remotos a la evocación del Nacimiento del Niño Jesús. Al llegar estas fechas es usual que en cada hogar se armen "pesebres" en miniatura, junto con el tradicional Arbolito. La primera mención al "Pesebre de Belén", ciudad donde nació Jesús, aparece en el Evangelio según San Lucas (la vida de Jesús contada por San Lucas). En él se cuenta que, al nacer, Jesús fue reclinado en un pesebre. Este detalle dado por San Lucas fue recogido luego por los tratadistas católicos y por los pintores religiosos. Así quedó en la tradición popular. Hoy, todos solemos imaginar a Jesús Niño reclinado en su cuna de paja. Casi nunca faltan en esta evocación unos cuantos animales de aspecto manso y casi bondadoso, que completan el cuadro del establo. No se sabe a ciencia cierta cuándo empezaron a armarse en los hogares los Pesebres en miniatura. Es tradición divulgada, en cambio, que fue San Francisco de Asís (siglo XIII) el primero en dramatizar la escena de la Natividad (Navidad). Parece que desde entonces se difundió por Italia la costumbre de representar el Pesebre navideño, tradición que pronto se extendió a España. En este país, en las provincias de Cataluña y Navarra especialmente, el Pesebre formó parte del folclore nativo. De aquí pasó a América. En nuestras ciudades coloniales, hace mucho tiempo, la tradición del armado del Pesebre llegó a tener tal importancia que se cuenta que las distintas familias competían por lograr el Pesebre más bello de la ciudad.

¿SABÍAS...
que los Pesebres realizados en Nápoles (Italia), en el siglo XVIII, son piezas muy buscadas por los anticuarios? Se trata de verdaderas obras de arte, cuyo precio, que depende de cuan completo se encuentre el Pesebre, puede ascender a cifras importantes.


Revista Anteojito N°1604, pp.32
5 diciembre 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1604/page/n31/mode/1up

Un oficio angelical: Pesebrista

Alla por 1223, San Francisco de Asis fue el pionero del oficio navideño por excelencia. "fabricante de Pesebres”. A partir de entonces, cada región de Europa desarrolló el arte del Pesebre a su modo. Provenza, al sudeste de Francia, lo hizo de esta manera....

PESEBRE POR ENCARGO
Los “pesebristas" provenzales comenzaron a ejercer su oficio a fines del siglo XVIII. Se trataba, en general, de alfareros, ceramistas y otros artesanos que armaban Pesebres por encargo para sus vecinos cuando se acercaba la Navidad. Pero con el tiempo, los pesebristas tomaron más en serio su traba-jo y se convirtieron en "profesionales". Este oficio o profesión tan particular se transmite, desde hace años, de padres a hijos y así se han creado verdaderas "dinastías" de pesebristas provenzales.

EL TALLER EN LA COCINA
Toda la familia participa en la creación de los "santones", como llaman los provenzales a las estatuitas que represen tan los distintos personajes del Pesebre. Los hombres se dedican a la fabricación de las figuras y las mujeres, pintarlas. Todo el trabajo se hace a mano y los santones se modelan uno por uno en el taller, que muchas veces es cocina de la casa. Cada familia de "santoneros” tiene un estilo personal que mantiene de generación en generación

SANTONES A LA PROVENZAL
Aunque en otras regiones las estatuitas se fabrican con madera o con plástico, los santones provenzales se crean únicamente con arcilla cocida. ¿Y cómo los hacen? Los "santoneros" recurren al moldeado para elaborar sus santones. El primer paso consiste en fabricar un molde de yeso de dos partes: una anterior y una posterior. Luego se rellena una de ellas con una bolita de arcilla y las dos partes del molde se oprimen fuertemente. Después, se quitan los restos y el modelo terminado se cocina durante trece horas... ¡a 900 grados!

DE TAL MOLDE, TAL SANTÓN
Se pueden hacer hasta 1.000 santones a partir del mismo molde. Esto ayuda a conservar los tipos, y los personajes prácticamente no han variado a través del tiempo. ¿Y cuáles son? El buey, el asno y los Reyes Magos no faltan a su cita. Junto a María, José y el Niño, músicos y cazadores con sus trajes típicos acompañan a los pastores. Y los oficios tradicionales también están representados: el granjero, el panadero, el zapatero y el carnicero provenzal tienen su lugar junto a la Cuna.

PASEN Y VEAN
En 1924 el Ministerio de Educación francés creó el concurso "Mejor Artesano de Francia". Los santoneros provenzales pusieron a prueba sus habilidades. Desde entonces, exhiben sus santones en los concursos que se celebran todos los años y más de uno ha obtenido la medalla de oro. Como si esto fuera poco, los santoneros celebran una feria anual en Marsella, al sur de Francia, donde exponen sus últimas creaciones al público ávido de novedades "pesebrísticas".

LA HERMANDAD DEL SANTO PESEBRE
¿Sabías que la Argentina también cuenta con una organización de pesebristas? Se llama Hermandad del Santo Pesebre y se instituyó en 1955 por iniciativa del profesor Rafael Jijena Sánchez. Como los antiguos santoneros provenzales, los miembros de esta organización arman Pesebres por encargo a diferentes instituciones o empresas. Además, la Hermandad cuenta con talleres donde se aprende a armar Pesebres con distintos materiales, y a difundir el arte del "pesebrismo" argentino. ¿Te gustaría participar?

Revista Anteojito N°1604, pp.13-14
5 diciembre 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1604/page/n12/mode/1up

La palabra "villancico"

El nombre de este canto popular navideño tiene su origen en la palabra "villano", pero no referida a su acepción hoy más corriente, que es la de ruin, "indecoroso". Villano es, propiamente hablando, el vecino o habitante de la villa o el pueblo. El "villancico" es, entonces, un "canto a lo villano", es decir, una melodía de inspiración eminentemente popular y campesina. En su forma refinada o cortesana fue cultivado principalmente en España durante los siglos XV y XVI, y existen hoy bellísimos ejemplos que han perdurado a través de los siglos en la tradición popular navideña.

Revista Anteojito N°1604, p. 7
5 de diciembre 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1604/page/n7/mode/2up

martes, 3 de diciembre de 2024

La historia del reloj

Eran otros tiempos...
Melena al viento, garrote en mano y cuchillo al cinto, el corpulento requetetatarabuelísimo habitante de las cavernas salía en busca de "provisiones", en tanto su mujer, dale que dale con dos piedras, procuraba encender el fuego en el que cocinaría la futura presa. "¿Tardarás mucho?" "Cuando el Sol esté sobre la gran piedra roja, volveré", respondía éste, perdiéndose en la maleza. Y así era, Anteojitos. En aquellas remotísimas épocas, el Sol era el "gran medidor del tiempo" porque el reloj no había asomado aún sus manecillas al mundo. Es casi imposible. imaginarlo teniendo la importancia que hoy tiene para nosotros, ¿no?

¡A no perder tiempo!
La posición del astro rey permitía saber la marcha del tiempo. Se trabajaba de "sol a sol", se comía al mediodía, se interrumpía la labor al atardecer y se descansaba por la noche. Mas el ingenio del hombre procuró un medio más exacto para orientarse en el transcurso del día. Y en una esfera dibujada sobre una piedra lisa colocó una vara vertical que, al proyectar su sombra sobre los números grabados a su alrededor, indicaba las horas transcurridas. Este invento se atribuye a los babilonios (600 años antes de Cristo), pero en el Museo de Berlín hay un reloj de Sol al que se le calculan 34 siglos de vida. ¡Tal cual lo leen!

Tomando el tiempo
¡Claro, los relojes de Sol no servían en los días nublados! Así, los egipcios (en el siglo II antes de Cristo) inventaron las clepsidras o relojes de agua. Consistían en dos ampollas graduadas, unidas por el cuello, en una de las cuales se depositaba el agua. El tiempo se media por la demora en pasar el líquido de un recipiente al otro. De igual modo funcionaron los relojes de arena o ampolletas. Oh, sí, reinaba entonces. aquello de: "Al soldado lo despierta la trompeta; al ciudadano, el gallo". También la distinta cantidad de pasos que median las sombras proyectadas por columnas permitían saber qué hora del día era. ¡Ingenio, pues!


Sin decir: 
"¡Agua va!"
En Grecia y en Roma, los jueces se valían de las clepsidras para determinar el tiempo de las audiencias. También velas marcadas a igual distancia señalaban, una vez encendidas, las diferentes horas según fuera el tiempo que tardaban en consumirse. Ya en los primeros tiempos del cristianismo, un anónimo inventor se dijo: "Si el agua mueve al molino, ¿por qué no aplicar este principio a la clepsidra?". Y así surgieron los relojes hidráulicos. Alejandría, ciudad de Egipto, se destacó como cuna de estas máquinas de complicado mecanismo. Su fabricación estaba en manos de expertos artesanos, muy respetados por su creatividad. Veamos.




¡Le llegó la hora!
Al caer, el agua movía ruedas dentadas; este movimiento se trasladaba a una estatuilla, cuyo brazo sostenía una vara. Ésta obraba como manecilla. Al subir paulatinamente la estatua, la varilla indicaba la hora en una columna situada junto a ella. Por supuesto, se empleaban 24 horas para cubrir el "trayecto" completo desde la base hasta el extremo superior de la columna. Sí, estos aparatos eran privilegio de unos pocos, pues la población media el tiempo sin relojes: el canto de los gallos, las campanadas de las iglesias, la cantidad de aceite o de cera que consumían la lámpara o la vela oficiaban de "cronómetros pioneros". Por supuesto, no eran exactos.



¡A toda marcha!
Durante años y años, los hombres pensaron y pensaron cómo dividir las horas hasta que aparecieron los relojes con pesas. Los primeros aparatos con ruedas y engranajes fueron llevados de Asia a Europa por los cruzados. Funcionaban por medio de cordeles, que se arrollaban y desenvolvían impulsados por contrapesos de metal. Eran muy ingeniosos. Y también de gran tamaño. Sí, el primer reloj colocado en una torre fue el de Westminster, en Londres. Lo mandó construir el rey Eduardo I, allá por el siglo XIII. Se lo llamó Big Tom, y durante 4 siglos este antepasado del célebre Big Ben anduvo sin detenerse una sola vez. ¿Qué opinan?



Tiene cuerda para rato
¡Vaya si corrieron años antes de que los relojes disminuyeran su tamaño! Tantos, que el primer reloj "portátil" data del siglo XV. Ya por el 1600, el físico italiano Galileo hizo observaciones sobre el péndulo, instrumento que regulariza el movimiento. Gracias a ello, se construyeron mecanismos más perfectos para indicar las horas y los minutos mediante piezas reguladoras. Así, los nuevos relojes eran impulsados por cintas metálicas que se enrollaban y desenrollaban lentamente: las cuerdas. Hasta el siglo XV, el tiempo se media con la sola manecilla horaria. Dos siglos después apareció la del minutero y, posteriormente, la del segundero.

Año nuevo... ¡reloj viejo!
Durante los siglos XVII y XVIII, la relojería fue un oficio ejercido sólo por selectos artesanos. La catedral de Estrasburgo atesora, además de un célebre reloj, un planetario y un calendario mecánico, obra del relojero Schwilgué. El 31 de diciembre de cada año, en la medianoche, todos los días de la semana toman sus nuevas posiciones, incluso las fechas movibles. Hacia 1749, John Harrison solucionó el problema de medir el tiempo en alta mar: inventó el cronómetro, que luego fue perfeccionado por Leroy. En nuestro acelerado mundo de hoy, el reloj es máquina esencial. Sí, de Suiza proviene el 60% de esta manufactura de delicadísima precisión.

¿Vivir al día o vivir al segundo?
¿Qué decir del novísimo reloj digital? Es un preciso devorador de segundos. "¿A qué hora te despiertas?" "A las 7 y 28." La radio-reloj se encargará de ello sin cuerda ni campanilla. El mecanismo de los relojes actuales se aplica en todas las actividades, ¡incluso en las interplanetarias! Una pequeñísima máquina luminosa en la muñeca nos determina el día y el momento exacto en que vivimos: era de computadoras y dispositivos electrónicos. ¡Ah... pero ello no quita que nos encanten el tradicional carillón, el alegre "cucú" o el tañido de bronce del reloj de pared de la abuela! Porque... para "matar el tiempo", ¿qué mejor que un buen reloj?

Revista Anteojito N°873, pp.24-26
3 de diciembre 1981