domingo, 25 de febrero de 2018

Leonor, la cuchillera

XII. PAUSA CINCO: 
(PARA EVACUAR OTRA 
HISTORIA DE CORAJE)
Leonor, la cuchillera
(Borges, la mujer de la historia que ahora le informo, se llamaba Leonor, como la madre de usted. Por favor, que esa coincidencia no lo distraiga. Estuve por nombrarla de otro modo, pero es que se llamaba Leonor).
Leonor, Leonor Astorga, era una mujer de su casa como tantas otras. Tenía marido y un hijo en el vientre cuando un mal día le golpearon la puerta para avisarle que su marido ya no regresaría ni esa tarde ni ninguna otra. Lo encontraron boca abajo golpeado por más de uno y con una gruesa aguja de coser colchones muy enterrada en el cuello.
La aguja no sirvió de pista, porque era elemento del oficio del difunto Astorga: él hacia colchones. Los golpes que mostraba su pobre cuerpo eran de dos hombres por lo menos, porque un hombre con mucho menos se conforma. En sus bolsillos no estuvieron no los pocos pesos que llevaba, ni el reloj dorado por el oro y por el uso. Fue una muerte de mala muerte la de este hombre.
Leonor perdió al hijo con aquella abrupta noticia. Más que pena sintió enojo por la flojedad de sus carnes.
Casi no derramo lágrimas. Eso sí, se insultó en voz alta.
El enojo al hizo cambiar de hábitos y de vida. Decidió valerse por la suyas, trabajar como cualquier hombre del diablo, insultar, escupir y ponerse áspera como la gente de la zona (todo esto empezó a suceder en el año 1907, en un barrio orillero de la ciudad de Rosario).
Hay que decirlo: al principio Leonor Astorga tenía más deseo de averiguar que de vengarse. Pero con los días las dos cosas fueron una.
Para su nueva vida no quiso consuelo ni ayuda, salvo la de un cuchillo que empezó a acompañarla sin feriados.
Una mujer con velocidad y coraje para le menester del acero le parecerá inverosímil, Borges. Y es razonable. En el barrio de La Flor tampoco creyeron a  Leonor. Para ser mujer, como ella quería, iba a precisar más coraje todavía que el que hace falta para ser bien hombre.
Pero estaba dispuesta.
El primer trabajo que eligió no fue casual, un frigorífico. Y dentro de él las faenas más brutales, las que tenían que ver con el degüello.
Su brazo derecho se fue haciendo hombre.
Y muy hombre debió de ser para parir siete hijos en once años. (Un caso parecido al de aquella pirata, Mary Read, la aguerrida viuda Ching).
Los siete hijos fueron de padres indeterminados, según Leonor Astorga, sin padres que los merecieran.
Todos comieron comida que nunca vendría del robo ni de la limosna.
Había que ser  muy hombre para ser tan mujer, y Leonor resolvió serlo, con el cuchillo cerca, muy a mano.
Tan entreverada con la vida de un barrio notoriamente pendenciero como estaba, no le costó mucho arrimarse a la pelea.
Varias veces sacó el cuchillo, encendida. Al principio no le quisieron contestar, y no es muy seguro que porque fuera una señora.
Cierta tardecita de un alegre veinticinco de mayo patrio le metió un buen tajo a un displicente muchachón que le puso una mano encima, y no en el hombro. A los dos días el hermano del tajeado retornó a convencerla a cachetadas. Pero el cuchillo le dejó la primera cachetada a mitad de camino. Ese fue su primer muerto.
Tuvo un gesto: se arrodilló junto al muerto, le pasó la mano por la frente, y le dijo: No sé si serás uno de esos que matan de a varios, pero en tus ojos se veía que eras capaz de esas hazañas. No se ha perdido tanto…
Cambió de barrio la Astorga. Pero a los hijos y a la fama se los llevó con ella. En adelante, cada vez que sacó el cuchillo, nadie dudo a que iba en serio, demasiado en serio. No hubo más remedio que respetarla como varón.
Con los años tres masculinos más dejó en el camino. A los tres, al final, concluida la faena, les pasó la mano por la frente y les arregló el desorden del pelo.
Sus hijos comían, crecían, y la miraban.
Leonor Astorga siguió con sus pasos hasta Bahía Blanca.
Las tres versiones que certifican sus días coinciden, años más años menos, en que murió a eso de los cuarenta y no de muerte natural. Aunque en realidad sí, murió de muerte natural, porque fue desplomada por un cuchillo.
La versión con más detalles sobre el final de la cuchillera Leonor está contaminada con algún romanticismo, pero de todas formas creo que se merece la pena de esta transcripción.
Según ella, el último enfrentamiento  de Leonor fue con un hombre que llevaba el cuchillo encima por hábito del tiempo y no por fervor del coraje. Este hombre al parecer se indispuso con Leonor Astorga por dinero sin importancia que un tercero había desviado.
En un momento del altercado el hombre le dijo:
-Yo con mujeres gritonas no discuto.
Leonor le bramó:
-Si no quiere discutir, calladitos la boca dejemos que conversen los cuchillos.
El hombre le contestó:
-Eso es otra cosa: si quiere peliar, peliemos, pero la ha de ser como usted promete, calladitos a boca, señora.
Antes de que falleciera el minuto siguiente había fallecido Leonor Astorga.
Pero antes aún de que le bajara toda la oscuridad del mundo, alcanzó a decir al hombre:
-Venga, acérquese de una vez…
El hombre le hizo caso, y se puso muy al lado de su rostro, y escuchó:
-Tarde me vine a encontrar con un hombre bien parado… pero más vale tarde que nuca… venga, acérquese más, que ya no queda tiempo…
Él entendió. Y le puso un beso en serio a la boca de ella. Supo que el beso le fue contestado.
Un torpe de esos que llegan siempre tarde y no entienden nada, justo se asomó y le preguntó al hombre que empezaba a guardar el cuchillo:
-¿Qué pasó, don Este?
-¿No ve? Se ha muerto mi mujer.

(Posdata: Otro detalle de esta historia: ninguno de los siete hijos de Leonor Astorga practicó el oficio del coraje. Tuvieron una vida acomodada a las buenas costumbres. La madre les había enseñado que eso del cuchillo estaba sobrando y el coraje había que aplicarlo a otros menesteres. Fíjese, Borges, qué cosa, ¡qué destino insípido el de esos siete huerfanitos!).

Rodolfo E. Braceli  (1979) “Don Borges, saque su cuchillo porque he venido a matarlo” XII. Pausa cinco: (para evacuar otra historia de coraje) pág. 71

jueves, 22 de febrero de 2018

Shunko (Capitulo XI)

Sentado al escritorio, el maestro escuchaba la lectura; distraídamente jugueteaba con el lápiz, mirando por la ventana el áspero paisaje campesino, cuya agresiva vegetación espinosa y de hojas chiquitas era detenida por el alambrado de hilos que delimitaba el terreno limpio de la escuela.
-“No es un caballo; es una cebra. Las cebras son de África”.
Los chicos observan silenciosos desde sus bancas. Estela González estaba “rindiendo”. Aspiraba a que se le cambiara el libro por otro más adelantado.
Estela no se dejaba engañar por la aparente distracción del maestro y ponía sus cinco sentidos en la lectura. Comenzó a leer la página sesenta y cinco:
–Tijre, ti-jre, ti-jre…
–No.
Estela se puso a deletrear a media voz:
–T… i… ti; g… r… e… jre: ti-jre –se aseguró nuevamente y reinició la lectura–: tijre, ti-jre…
–No.
Estela se zambulló en las letras, hurgando los sonidos desesperadamente. La lectura, en esta prueba, debía realizarse sin la menor ayuda (“el hombre tiene que salir solo del pantano; si no puede, se muere nomás”).
Los chicos cuchichearon en el grado.
–¡Silencio, salvajes! –dijo el maestro–. No hagan bulla que el gallo está torcido.
Doblada sobre el libro, Estela comenzaba a morirse.
El silencio era ahora profundo (“el gallo está torcido”); por eso es que se oyó con tanta nitidez el ruidito en el armario del aula vecina, que era ocupada durante la mañana por los chicos del segundo grado.
Los chicos levantaron la cabeza y miraron al maestro. Éste se incorporó de la silla y fue a investigar.
–No hay nadie –dijo al regresar–; debe de ser un ratón. Seguí, Estela.
Estela no volvió los ojos al libro; quedó mirando al maestro, así como todos los otros chicos. Se advertía en el grado una atmósfera de expectativa.
–Bueno, ¿qué ocurre? –cuarenta caras impasibles lo miraban– Panchito, vos, ¿qué hay?
–No es una rata, señor; es Ana Vieyra –Francisco habló cuidadosamente y agregó, para abonar su opinión–: Todos sabemos que es ella.
¡Ana Vieyra! El maestro siente en la garganta el nudo de la congoja. Tiene el corazón martirizado por el recuerdo de la pequeña Ana. Él no se acostumbra a la dolorosa realidad; le parece que ella vendrá un día, como siempre, mostrando sus blancos dientes en la sonrisa de su cara morena. Pero no, ella no vendrá más, “su largo corazón se ha vuelto río”.
El maestro ha quedado contemplando la llanura  abierta a través de la pequeña ventana que es más una tronera en la pared de barro. Los matorrales están salpicados por las hermosa flores del chaguar; el chaguar que ha empollado a ras del suelo, entre sus largas hojas bordeadas de dientes agresivos, el maravillosos racimo color fucsia que se eleva en una vara de insólita delicadeza y suavidad. El maestro se concilia ahora con el hosco chaguar que es capaz de la bondad de una flor de seda.
Una majada pasa por el camino. Sin necesidad de ser arreados por los perros ovejeros, los animales trotan sedientos hacia los pozos de balde. Un poco rezagado viene el chango pastor entretenido en hacer sonar sin pingullo de barro.
–Es Ana, señor –insiste Pancho–; todos sabemos que es ella. Hace días que la oímos. Vos has dejado su libro en el armario y ella anda buscándolo. ¿No la oyes de noche, cuando te quedas solo leyendo hasta tarde? Ella no te molesta porque te quiere; pero tiene que llevar su libro, ¿sabes?
¡Ana Vieyra! El maestro ha quedado apoyado en la ventana; mira un cielo tan limpio que es un enorme accidente esa nubecita que atraviesa temeraria la inmensa llanura azul.
Los chicos están silenciosos y quietos. El alma de Ana Vieyra revolotea en el grado, entra y sale de los chicos; ahora tironea las trenzas de las botas del maestro, haciéndolo jugar.
El maestro se inunda de dolor. ¡Pobre Ana! Ese martes la pequeña pastora iba con sus ovejas; sus trece años son un capullo de belleza morena. Los animales ramonean por la barranca del río, cuyo cause está ahora espumoso de creciente.
Una de las ovejas ha perdido su cría y bala afligida levantando la cabeza y trotando desorientada. El animal dispara aproximándose peligrosamente al borde de la barranca. Ana advierte el peligro y corre a detenerla; se prende a su vellón, pero la oveja se espanta y reinicia la carrera por el borde del río. Ana está desesperadamente tomada al animal. La oveja se desbarranca y la pequeña pastora es arrastrada a las aguas.
Los perros ovejeros ladran y gimotean por la orilla del río.


“No encenderá tu amor, como la oveja
el viento en los vellones fugitivos,
ni tu perfil de alondra en las espumas
de un verano desnudo,
como la sangre vuelve a las cigarras
después que las canciones han herido su sombra.”

Los versos de Tomás Eloy lo inundan con “miel de pesares”.
Cuando en la ciudad el maestro le contó a Tomás Eloy la muerte de Ana, el poeta no pudo dormir más, no pudo dormir hasta que se levantó por la madrugada y escribió su “Lamento por Ana Vieyra”; éstos son los versos que al maestro le rondan todo el día por el oído.

“Ya no, Ana Vieyra, sobre la adolescente
soledad de tus manos sin orillas
amanecerá el aire entre pastores.
¡Tu largo corazón se ha vuelto río!

El maestro camina ahora entre la fila de bancos, los chicos lo miran silenciosos.
–Es Ana, señor…
¡Qué extraordinaria habilidad tenían sus manos para el dibujo! El maestro recuerda que un día le dijo: “Vete al pozo de balde de don Antonio y dibuja un chilado de esos que van a tomar agua”.
Cuando una hora después Ana regresó y entregó su cuaderno, el maestro no encontró el dibujo del pequeño aberrojo; en cambio había el diseño de un hornero sobre su nido de barro; pero ¡cosa extraña! era un nido cuya parte superior se transformaba sorpresivamente en un pájaro estilizado que elevaba su cabecita al cielo y abría una alitas casi manos.
Los chicos copiaron muchas veces ese dibujo, y se hizo familiar al maestro encontrarlo en los cuadernos, al margen de un deber, o en el pizarrón, después del recreo.
Los versos de Tomás Eloy lo martirizan:

“Si tu aliento no empuja el mediodía,
¿cómo alzarán su lengua los quebrachos,
y cómo el algarrobo, sin tu luna temprana,
recogerá los sueños del otoño?
Dile a la tierra tu silencio, dile
tu pan al agua y tu mejilla al cielo.
Si no resbala el corazón, los juncos
arderán con la flor de tu misterio.”

–Ana quiere su libro, señor –la voz de Panchito lo volvió al aula–. Tenemos que quemar el libro de Ana.
–¡Claro! ¡Hay que entregar el libro a Ana!
Salieron al patio. Los chicos recogieron ramas secas e hicieron una pequeña hoguera.
Las llamitas lengüetearon al libro como con fruición, las hojas se encresparon.
El libro se abrió como una flor y comenzó a ennegrecer, hasta que el fuego lo invadió.
Todos estaban silenciosos, mirando las hojas que se consumían.


Abalo, Jorge W. (1966) Cap. XI en Shunko, p. 97. Quinta Edición. Editorial Losada S.A. Buenos Aires. Argentina.

domingo, 18 de febrero de 2018

Algunos datos de la lengua Española

El Español es una continuación moderna del latín vulgar, desde el siglo III, que tras el desmembramiento del Imperio romano fue divergiendo de las otras variantes del latín que se hablaban en las distintas provincias del antiguo Imperio, dando lugar mediante una lenta evolución a las distintas lenguas romances, y es, por tanto, hermana del portugués, del gallego, del catalán, del valenciano, del francés, del occitano, del italiano y del rumano.
¿Cuándo se inició el español?
Uno de esos datos sobre el español que todos se preguntan. El primer escrito relacionado con el castellano data del año 959. Su autor, un monje del monasterio de San Justo y San Pastor, en La Rozuela. Y si esperabas un texto de gran carga ideológica, religiosa o literaria más vale que lo vayas olvidando. El buen hombre garabateó las primeras palabras que se conocen escritas en castellano para apuntar su listado de víveres y entregas de quesos (¡!). No por nada este escrito se conoce como el ‘Nodicia de Kesos’.
PD: sin embargo no os vamos a engañar; respecto a este tema existe mucha discrepancia. Muchos expertos aseguran que el primer texto antesala del castellano fueron las Glosas Emilianenses; la RAE sostiene que fueron los escritos conocidos como Cartulario de Valpuesta; y así suma y sigue…
El primer escrito en español encontrado data del año 975, garabateado por un monje para apuntar su listado de víveres y entregas de quesos, por eso a este escrito se conoce como el «Nodicia de Kesos».
También conocido como cristiano. Antiguamente, al castellano también se le conocía con el nombre de “Cristiano” (no, el jugador no). ¿La razón? Cuando los moros habitaron el sur de España y la práctica totalidad de la península, emplearon esta palabra para diferenciar a las personas que hablaban castellano de aquellas que utilizaban lenguajes árabes. Es más, de ahí viene la tan trillada expresión de ‘Háblame en cristiano’.
Idioma oficial en los 5 continentes. Aunque existe la creencia generalizada de que el español se habla mayormente en América y Europa, lo cierto es que es idioma oficial en países de los 5 continentes (no se llega a ser el segundo idioma más hablado del mundo así como así). Concretamente ¡Guinea Ecuatorial por la parte de África, Filipinas como representante de Asia (si bien es cierto que no como idioma oficial; aunque sí se promueve bastante su aprendizaje) y, lo más sorprendente de todo, en la Isla de Pascua (Oceanía).
Es el segundo idioma más hablado del mundo, por debajo del Chino Mandarín, con más de 559 millones de personas (cifras del 2015) aproximadamente lo que corresponde al 6.7% de la población mundial, ya que por razones demográficas el porcentaje de habitantes que hablan español ha ido aumentado considerablemente, mientas que los hablantes de chino e inglés, han disminuido.
No andamos faltos de palabras, no… 93111 entradas. Este es el número de voces que recoge el Diccionario de la lengua española en su vigesimotercera edición. A su vez, aparecen un total de 195 439 acepciones y 49 650 etimologías.
De las más sorprendentes curiosidades del español: es el más rápido. Sí, es el idioma más rápido. Aunque resulta extraño decir que un idioma pueda ser el más rápido de todos, pero así es. La rapidez de un idioma se basa en la cantidad de sílabas que un hablante medio es capaz de pronunciar por segundo. Y en este aspecto nuestro idioma se lleva la palma: el castellano es la lengua más rápida del mundo.
La palabra del español que no debe ser nombrada… Bueno, nombrada sí, lo que no puede ser es escrita. Estamos hablando del singular del imperativo ‘Salidle’. Éste se escribiría ‘Salle’, pero en dicho caso lo pronunciaríamos como [sá.lle], y no [sal.le], que es como estarían bien dicha.
La palabra ojalá proviene del árabe لو شاء الله (law sha’a Allah) y significa literalmente «y
quiera Dios». Las palabras guerra, campeón y sopa provienen del alemán siendo: werra, desorden, pelea; kamp, campo; y suppa, pan mojado, sus respectivos orígenes. La palabra izquierda proviene del Euskera, la lengua que se habla en el País Vasco, en el norte de la Península Ibérica.
EAOLS ¿Te suenan estas siglas? ¡Pues claro que no, porque no lo son! Tan sólo son las letras que más utilizamos los españoles en nuestro día a día. La letra E se lleva la medalla de oro (16.78%), seguida por la O (11.96%), la L (8.69%), y la S (7.88%). Por el contrario, la menos usada es la W (0.01%). Pobrecilla, la tenemos un tanto marginada.
Y la palabra más larga del castellano es… Electroencefalografista. Con 23 letras, este término tiene el honor de ser la palabra más larga del castellano (al menos de las recogidas por la DRAE). Y aunque puedan parecer muchas letras, no se acerca ni por asomo a la palabra más larga del mundo. ¡Nada menos que 189.819!
¿Te acuerdas de la ‘Ch’ y ‘Ll’? Aunque muchos aún no lo saben (y algunos ni siquiera fueron conscientes de este hecho), las letras ‘Ch’ y ‘Ll’ fueron eliminadas por la RAE en 1994. ¡Toda una mala noticia para aquellos que las estudiamos como parte del abecedario!
¡Ay la RAE! Murciégalo, vagamundo, requetebién, setiembre, bebestible… ¿Qué tienen en común estas palabras? Que están mal escritas dirás. ¡Pues mentira! La RAE las reconoce oficialmente, por lo que su uso está aceptado. No, ‘cocreta’ sigue estando mal dicho. También se pueden encontrar autodidáctico, polígloto, paradojo, compatriota, déspoto, sastra y gauldo.
Pero lo que más nos molesta es… Varias encuestas han determinado que la frase/coletilla que más nos molesta a los españoles es “¿me entiendes?”, dado que cuestiona la inteligencia del receptor. ¿A alguien le suena quién suele utilizarla?

Otras curiosidades:
  • La palabra oía tiene tres letras y tres sílabas.
  • La palabra estuve contiene cuatro letras que siguen el orden alfabético: stuv.
  • Los únicos días de la semana que no tienen una e en su nombre son los del fin de semana.
  • El número cinco es el único en el que coinciden el número y el número de letras. En italiano ocurre lo mismo con el número tres, y en inglés con el número cuatro.
  • El pangrama «El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi. La cigüeña tocaba el saxofón detrás del palenque de paja» es el utilizado para las fuentes de Microsoft, puesto que contiene todas las letras del abecedario.
  • El término arte es masculino en singular y femenino en plural.
  • La palabra reconocer es un palíndromo, pues se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda.
  • El término «centrifugados» tiene todas las letras diferentes y ninguna se repite.
  • En latín calculus significaba ‘piedrecita’. De ahí los cálculos renales y biliares.
  • En «Aristocráticos», cada letra aparece dos veces.
  • Las palabras ecuatorianos y aeronáuticos son un anagrama, ya que tienen las mismas letras pero en diferente orden.
  • El término «estuve» tiene cuatro letras consecutivas por orden alfabético.
  • Menstrual, es el vocablo más largo con dos sílabas y nueve letras.
  • La palabra «Euforia» tiene las 5 vocales y solo dos consonantes.
  • La palabra «pedigüeñería» tiene los cuatro firuletes que un término puede tener en nuestro idioma: La virgulilla de la ñ, la diéresis sobre la ü, la tilde del acento y el punto sobre la i.
  • El cálculo matemático se llama así porque los niños aprendían a contar con piedrecitas.
  • Quizá(s) viene de quiçab, alteración de qui sabe ‘quién sabe’.
  • El único caso en el que habemos (frente a hemos) es correcto es en la expresión habérselas con algo o alguien: Nos las habemos con la crisis.
  • Dextrógiro (y dextrorso): que gira en el sentido de las agujas del reloj. Levógiro (y sinistrorso): que gira en el sentido inverso al de las agujas del reloj.
  • Quinqui es un acortamiento argótico de quincallero ‘fabricante o vendedor de objetos de metal de poco valor’.
  • Palabras como lavabo o placebo proceden de la primera persona del futuro en latín. Así lavabo significa literalmente ‘lavaré’ y placebo ‘daré placer’.
  • Las palabras que terminan en /i/ tónica (como leí, fui o berbiquí) se escriben con i. La única excepción es muy, que debería escribirse mui.
  • La palabra gerundio viene del verbo gerere ‘llevar a cabo’. Gerundum es ‘lo que debe llevarse a cabo’.
  • Jabalina ‘arma arrojadiza’ y jabalina ‘hembra del jabalí’ tienen orígenes distintos. La primera viene del céltico gabalos ‘tridente’ y la segunda del árabe ǧabalī ‘de monte’. Esta última está relacionada con Gibraltar, que viene de ǧabal Tariq ‘monte de Tariq’.
  • En el Diccionario de la RAE viene quinua, pero no quinoa.
  • La palabra caqui para el color de la ropa no es la misma que la referida a la fruta. La primera viene del hindi khaki, que a su vez viene del pelvi hak ‘polvo’. La segunda viene del nombre de la fruta en japonés: kaki. Ambas se pueden escribir también con k en español: kaki.
  • Nadie y nada vienen de (homines) nati ‘(hombres) nacidos’ y (res) nata ‘(cosa) nacida’. Se usaban más o menos como No hay hombre nacido o No hay cosa nacida, de donde se obtuvo No hay nadie y No hay nada.
  • Triduano ‘de tres días’; cuatriduano ‘de cuatro días’; endécada ‘período de once años’; vicenal ‘que dura veinte años’; sesquicentenario ‘150 aniversario’.
  • Es in medias res, no in media res.
  • Las comillas que se deberían usar en primer lugar en español son las angulares (« »), no las inglesas (“ ”).
  • Hay solo una palabra en español procedente del esperanto: esperanto.
  • Mamotreto viene del griego mammothreptos que significaba ‘criado (threptos) por su abuela (mamme)’ . De ahí su sentido de gordinflón o abultado, por la mucha comida que dan las abuelas.
  • Frente al monopolio (situación en la que solo hay un vendedor), el monopsonio es la situación económica en la que solo hay un comprador.
  • Al que no es autóctono de un lugar se le puede llamar alóctono.
  • La expresión correcta para ‘como mínimo’ es cuando menos, no cuanto menos: La cuestión es, cuando menos, complicada.
  • Según la nueva Ortografía, pizza se debe escribir en cursiva, al ser extranjerismo que no se pronuncia como está escrito. No así sus derivados.
  • En latín satis significaba ‘bastante, suficientemente’. De ahí viene satisfacer ‘hacer bastante’. Además, de ad satis viene asaz.
  • La palabra tés se tilda, pero no debería. La tilde del singular té sirve para diferenciarlo del pronombre átono te, pero no hay ningún tes átono.
  • Muchas palabras que en español tienen -mbr- vienen de palabras en latín con -min-, como hambre (de faminem), hembra (de feminam), hombre (de hominem), lumbre (de luminem), alambre (de araminem) o cumbre(de culminem).
  • En francés bidet, de donde viene bidé, significa propiamente ‘caballito’ y se llama así por la postura con las piernas abiertas en la que uno se sienta en él.
  • Más de posturas: según Corominas, la expresión en cuclillas viene de en cluquillas, que a su vez viene de clueca, por el parecido de esta posición con la de las gallinas cuando empollan.
  • Cuando queremos decir que le damos muchas vueltas a algo o que alguien nos molesta o perturba se escribe rayar(se) con y: Me estoy rayando, No me rayes.
  • Alzacuello(s) es un calco del francés hausse-col, formado por etimología popular del neerlandés halskote, donde el hals que dio en español alza significa ‘cuello’ y kote, que dio cuello, significa ‘ropa’. Otros casos de errores por parecidos entre palabras: Brujas (de Brugge “puente”), cabo de Hornos (de hoorn “cuerno”), de la Mancha (de Manche “manga”).
  • Según el Diccionario de la RAE erre que erre podría venir del acortamiento de la expresión en árabe hispánico de los arrieros moriscos ḥírr úmmak, que significa ‘la vulva de tu madre’.
  • La morrocota era una moneda antigua de oro. De ahí viene morrocotudo, como ‘muy grande’ o ‘extraordinario’.
  • Echar de menos viene del portugués achar menos, donde achar significa ‘hallar’.
  • Hay pocos casos en los que la y aparezca en interior o a principio de palabra y tenga valor vocálico: verbo más pronombre (Haberlas, haylas), nombres propios (Ayllón o Ynduráin) y sus derivados (byroniano), siglas y acrónimos (YPF, pyme), pero no el plural de palabras terminadas en –y del tipo de jerséis, guais, gais, etc., que se escriben con i. La y puede llevar tilde en nombres de persona o lugar y otras palabras que conservan la antigua grafía: Ýñigo, Aýna, otrosý, ansý. De hecho, en Word, a la y se le puede poner la tilde igual que a las vocales.
  • La conjunción y no pasa a e cuando la palabra siguiente empieza por i, pero se pronuncia distinta, como en Había iPads y iPhones, pero sí cuando una letra distinta se pronuncia como una i, como en Iberia e Easyjet.
  • El pabilo es la mecha de la vela. (D)espabilar es quitar la parte quemada del pabilo para avivar la llama. De ahí el uso de espabilar para ‘avivar el ingenio’.
  • En la conjugación del verbo ir hay formas procedentes de los verbos latinos ire ‘ir’ (ir, iba, iré), vadere ‘ir (deprisa)’ (vais, vaya) y esse ‘ser’ (fui, fueras). En las zonas voseantes, además se usa una forma del verbo andar para el imperativo: andá.
  • Un hápax es la palabra que solo se ha registrado una vez en una lengua, en un autor o en un texto, como Golem en la Biblia, que solo aparece una vez.
  • Según la Gramática de la RAE, en el español popular de la República Dominicana tienen un ello similar al itinglés en casos como Ello parece que no hay pan (igual que en It seems that there is no bread) o Ello está lloviendo (It is raining).
  • Paripé viene del caló paruipén ‘cambio, trueque’.
  • El apóstrofo no se usa para marcar elisiones que no dependen de con qué letra empiece la palabra siguiente. Es Hay gente pa to, no Hay gente pa’ to’, frente a ¡M’apetece!
  • Babor viene del neerlandés bakboord, de bak ‘trasero’ y boord ‘borda’, porque el piloto se situaba antiguamente a estribor (de stier ‘timón’).
  • Para mostrar una pronunciación no habitual se puede variar la escritura adecuando la acentuación: usté, Míguel.
  • Bis ‘dos veces’ (como en los estribillos de canciones); ter ‘tres veces’; quater ‘cuatro veces’; quinquies ‘cinco veces’.
  • Se pueden encontrar palabras con más de una tilde. Cuando se refleja la prolongación en el habla de una vocal con tilde repitiéndola por escrito, se tilda en todos los casos: «Ya están aquííííííí».
Bibliografía:

viernes, 16 de febrero de 2018

Los "consejos" de un "manual de sexo" del siglo XVII

Los bizarros consejos de un "manual de sexo" que estuvo prohibido más de dos siglos
Escrito en 1684, fue censurado hasta 1960. Ahora se subasta. 
"Obra maestra de Aristóteles completada en dos partes, el primero que contiene los secretos de la generación”. Con ese título, el libro escrito en 1684 en Londres no pudo ser leído hasta el siglo XX. El extraño ejemplar llegó a la casa de subastas "Hansons Auctioneers", ubicada en Derbyshire. 
El libro contiene una serie de curiosos consejos para las relaciones sexuales y de pareja, que hay que ubicar en contexto para entenderlo. 
• No tener sexo con animales 
El manual del siglo XVII advierte a las mujeres que si tienen relaciones sexuales con animales pueden procrear monstruos. Un elocuente dibujo muestra las posibles consecuencias: un hombre con larga cola y un niño con los brazos cubiertos de plumas y patas de gallo. 
También se cita un ejemplo: el "niño pájaro", nacido en Italia en 1512, culpa de que su madre era una mujer "inmoral e impura". 
• Cómo hacer para que el hijo se parezca al padre 
Según este imaginativo autor, la apariencia física del hijo depende de la imagen que tenga en la mente la madre durante la relación sexual (¡?!). Así que el consejo es mirar fijamente al hombre y "enfocar se pensamiento en él" durante el sexo. 
"Si las mujeres posaran sus ojos sobre cuerpos enfermos, la fuerza de la imaginación podría generar una criatura con labios velludos o la boca retorcida". 
Dieta a base de pajaritos 
Las recomendaciones alimenticias para fortalecer las posibilidades de tener hijos son eternas y cambian de sociedad en sociedad. En el caso de este raro manual, recomienda que el priorice en su dieta las raíces y las aves cantarinas: jengibre, nabos, gorriones, mirlos, perdices y pichones de paloma. 
A las mujeres se les sugiere no comer grasas ni condimentos, para no "calentar" demasiado el cuerpo. El libro incluso habla de los "anhelos codiciosos" de las mujeres embarazadas por cosas no son nutritivas, como "carbones, basura, creta, clavos, cuero, carne de hombre y carne de caballo". 
Mejor, casadas 
Obviamente no estaba muy de moda el feminismo en el siglo XVII, así que el manual asegura que si la mujer se debe casar. El goce sexual con el marido es lo que las volvería "más felices y llenas de vida". 
Unos mimitos después 
Señores, ¡no cuesta nada demostrar un poco de cariño e interés!. En este tema repara el autor y dice: "Aconsejo, antes de que comiencen sus abrazos conyugales, vigorizar sus deseos mutuos y hacer que sus llamas ardan con un ardor más feroz por esas formas entrañables que aman. "Una vez hecho lo que pide la naturaleza, el hombre debe tener cuidado de no desembarazarse muy rápido del abrazo de su mujer". 
Cómo elegir el sexo del futuro bebé 
Nada de manipulación genética ni cosas por el estilo. Según este librito (sí, es chiquito), es facilísimo. Si lo que se desea es tener una niña, luego del sexo la mujer debe acostarse sobre su lado izquierdo, y hacer lo contrario si quiere un varoncito. 
También hay que tener en cuenta cuándo. Para concebir varocitos los mejores días son aquellos en los que el sol está en Leo y la luna en Virgo, Escorpio o Sagitario. En caso de desear una nena, cuando la luna está en fase menguante, en Libra o Acuario. 
La mujer, el "segundo yo" del marido 
Siendo que era la época en se quemaban mujeres en la hoguera por considerarlas brujas, no nos llama la atención el apartado en el que se califica al hombre como "la maravilla del mundo, a la que todas las cosas están subordinadas" y "cuya semilla debería ser vista como una dádiva divina, cubierta en abundancia por espíritu vital". 
Dentro de esa imagen divina, "la unión de los corazones en sagrado matrimonio es la más feliz condición, pues el hombre pasa a tener un ‘segundo yo' para compartir sus pensamientos, y una dulce compañía en su trabajo". 

Si quieren más consejos de este tipo, el libro sale a subasta a fines de marzo. Hansons Auctioneers estima su precio entre 80 y 120 libras (entre 2200 y 3300 pesos). 

Publicada: 15/02/2018, 12:10 hs. tn.com https://tn.com.ar/internacional/los-bizarros-consejos-de-un-manual-de-sexo-que-estuvo-prohibido-mas-de-dos-siglos_851449

miércoles, 14 de febrero de 2018

Autómatas (4ª parte)

Inicios de los efectos especiales
Los efectos especiales existían ya incluso antes que el cine. En todas las épocas y civilizaciones ha habido interés y fascinación por la magia o el ilusionismo.
En los orígenes del cine se utilizaba la primitiva linterna mágica, que proyectaba figuras fantasmagóricas y jugaba con los efectos de luces. Según Michael Chion, ya existían especialistas dedicados a buscar efectos visuales en los tiempos en los que el propio cine era considerado un efecto especial en sí, como un truco de magia (por las imágenes en movimiento).
Viaje a la Luna, de Georges Méliès (1902) 
Podríamos considerar como precursor de los efectos especiales a Meliés, creador de un cine de ilusionismo, aunque entonces los trucajes se aplicaran directamente en el rodaje y no en el laboratorio, en la postproducción. Los efectos y trucos más sencillos consistían en modificar la velocidad de grabación acelerándola o ralentizándola, en invertir el tiempo haciendo girar la manivela de la cámara al revés ("rebobinar"), modificando el espacio mediante la manipulación de la inclinación de la cámara ("caminar por las paredes"), juegos fotográficos de perspectiva... Estos trucos fueron empleados con tanta reiteración que quedarían relegados a las películas infantiles, o restringidos al primitivo cine de ciencia ficción, allá por los años 20.
No será hasta los años 60 cuando los efectos especiales exploten (2001: Una odisea en el espacio, 1968), y en los 70 se consagrarán con películas como El exorcista (1973) o La guerra de las galaxias (1977). Se desató así, entre las productoras, una auténtica fiebre por hacer efectos especiales. Es entonces cuando se comienzan a buscar laboratorios para desarrollarlos.
Ya en los albores del siglo XXI, la revolución tecnológica y la digitalización permitirán que los efectos especiales puedan crearse y aplicarse a la película desde un ordenador.

Inicios de la animación
El terreno de la animación ha estado separado totalmente del cine real durante mucho tiempo. Pese a ello, los inicios de ambos mantenían una estrecha relación como fue el caso de películas como Alice's Wonderland (1923), donde se producía una hábil mezcla entre personajes reales y dibujos animados. El cine real no hizo otra cosa que aplicar procedimientos ya experimentados en el dibujo, como la utilización de la fotografía en el teatro óptico de Émile Reynaud.
Alice's Wonderland (1923) 
Las combinaciones de cine y dibujos animados continuarán hasta la aparición del sonoro, momento en el que se separarán definitivamente. De esta especialización posterior nacerían personajes tan carismáticos como Félix El Gato, Betty Boop o el ratón Mickey, así como los primeros largometrajes animados (Blancanieves y los siete enanitos, 1937).
La década de los 40 será conocida como la edad de oro de los dibujos animados en las salas de cine, y la de los 50, en la televisión. Durante este veintenio hubo una importante diversificación de técnicas: unos optarán por animar todo lo que fuera "animable" (decorados), mientras que otros optarán por la inmovilidad (basados en las perspectivas exageradas, o las tomas de zoom, por ejemplo). Además, el dibujo se desligara de su exclusividad infantil.
A partir de entonces, las técnicas tradicionales de animación convivirían con los nuevos métodos informatizados. Se estableció una tipología o clasificación de los dibujos, dividiéndolos en "humanizados" (Tintín o las producciones japonesas) y "abstractos" (los de Oskar Fischinger o Vikking Eggeling). Los de Disney optarán por la "antropomorfia" y la presentación de coherencia humana.
Las técnicas también evolucionaron: desde el redibujado completo, tanto de personaje como de decorado, pasando por el uso del celuloide transparente que permitía volver a dibujar únicamente lo que se movía sobre un fondo estático, hasta papeles recortados y elementos articulables, como metal, cartón o plástico, sombras chinescas y dibujado sobre la propia película, o raspados en ella (esto era muy agresivo). Más tarde se movería también el fondo, rompiendo así la distinción personaje/decorado y unificando la imagen.

Tintin, ejemplo del dibujo "humanizado"
Con el tiempo, se trataron de automatizar muchas de las fases del trabajo a través de bancos de animación programables e informatizados, paletas electrónicas e imágenes sintéticas, aunque había quien insistía en seguir recurriendo a los métodos tradicionales de transparencias, copiado y coloreado (¿Quién engañó a Roger Rabbit?, 1988).
En la actualidad, con la aparición de la animación tridimensional, se ha hecho una distinción clara entre ésta y la plana o bidimensional. La especialización en la materia ha sido creciente, trasladándose también a los oficios: guionista, director de animación, animador, copiador, decorador, diseñador...


La modernidad en los efectos especiales y la animación: informatización y digitalización
Hoy, tanto la animación como los efectos especiales están muy hermanados, debido a que comparten una creación y un desarrollo digital e informatizado.
Según John Lasseter de PIXAR, "el arte reta a la tecnología, y la tecnología inspira al arte. Los artistas técnicos proceden de las escuelas de diseño gráfico, donde aprenden escultura, dibujo y pintura, mientras que los artistas tradicionales se dedican cada vez más a aprender tecnología".
"Wallace & Gromit: La maldición de las verduras (2005)" 

En cuanto a la animación, los principales estudios en el presente son Disney, PIXAR, Dreamworks y Ghibli. La técnica está increíblemente avanzada, pero hay artistas que siguen decantándose por métodos más arcaicos: dibujos sobre acetatos, Stop Motion con arcilla o muñecos (Wallace & Gromit), a través de ordenador con software específico, o la combinación de varias de ellas.

La historia de la animación por ordenador no tiene sus orígenes en el sector del ocio, sino en el campo de la investigación militar e industrial. La informática gráfica se utilizaba en ejercicios de simulación y adiestramiento. Desde este comienzo, las técnicas y métodos de la animación y los efectos especiales han ido evolucionando hasta obtener los sistemas CGI (imágenes generadas por ordenador). Vamos a repasar los hallazgos e inventos clave que dieron lugar a su creación.
Uno de los pioneros en utilizar la informática con fines creativos fue John Whitney, con la invención de Motion Graphics Inc. y con la aplicación de los primeros efectos de luz analógicos por ordenador. Posteriormente, su hijo John Whitney Jr. añadiría a esta técnica el innovador sistema de dibujo, creado por Ivan Sutherland en 1962, el llamado sketchpad, que consistía en una especie de mesa electrónica conectada al ordenador donde se podía dibujar. Este aparato constituyó la base de la compañía Evans & Sutherland, que se fusionaría después con la Information International Inc., desarrolladora de simulaciones 3D por ordenador.
En los 70 Ed Emshwiller realizó experimentos con sistemas gráficos de videos analógicos, consiguiendo utilizar sus resultados en la composición de su obra gráfica en 3D, Sunstone (1979), todavía previa al empleo de cualquier tipo de software. Otro de los pioneros de la tridimensionalidad sería Larry Cuba con su película First Fig (1974).
Las aportaciones más revolucionarias llegarían de la mano de George Lucas, creador de los equipos que utilizarían compañías como Industrial Light and Image y PIXAR, fundada más tarde por Steve Jobs. La ambición de Industrial Light and Image le hizo pretender ir más allá de la utilización de la informática gráfica para crear efectos especiales. Su idea era posibilitar la renovación del lenguaje cinematográfico a través de la tecnología, dando así lugar a un tipo de cine postfotográfico.
Tron (1982) 
La primera película con aplicación convincente de las imágenes hechas por ordenador fue Tron (1982) de Disney. Sin embargo, las CGI no se considerarían implantadas con éxito hasta 1985, con tres películas fundamentales: Las aventuras de André y Wally B, de John Lasseter (primera combinación de la estética de los dibujos animados tradicionales con la de los informatizados); Tony de Peltrie, de Daniel Langlois (con el primer personaje creíble generado por ordenador); y el anuncio Brilliance, de Robert Abel (utilizando un sistema de captura de movimiento).
Pero, la tecnología CGI tenía algunos inconvenientes: una excesiva tecnificación frente a una escasa creatividad, la lentitud de ejecución, un elevado coste, y la ausencia de un software estándar. Con el tiempo el sistema se fue implementando y se estandarizó, los estudios de producción se multiplicaron dando lugar a que películas como Terminator II: El Juicio Final (1991) o Parque Jurásico (1993) demostraran la eficacia consolidada de las CGI, consiguiendo resultados inmejorables hasta el momento, tanto estéticos, como narrativos.
La digitalización afectó a todos los procesos de la animación: el diseño, la intercalación, la tinta, la pintura, etc., pasaron de hacerse a mano a la pantalla de un ordenador. Esto también supuso una revolución en la postproducción de los films, donde era posible aplicar los efectos especiales con suma facilidad sobre las imágenes.
La película Toy Story marcó un antes y un después en la aplicación de las CGI; a partir de entonces aumentaron las inversiones en esta tecnología, tanto en el cine como en la pequeña pantalla, y el ordenador fue el responsable de la estética del cine animado. Algunas de las películas con más éxito producidas desde entonces han sido Shrek (2001) de Dreamworks, y Buscando a Nemo (2002) o Los increíbles (2004) de PIXAR.

Los paquetes de software se han abaratado, la accesibilidad a las tecnologías, y por ende a las técnicas, se ha ampliado a una velocidad de vértigo y la facilidad de uso está al alcance del usuario medio. Estos son los principales factores que han conseguido que las imágenes animadas y los efectos especiales por ordenador, con gran variedad de técnicas y aplicaciones, sean algo más que habitual en el cine de nuestros días, hasta el punto de reforzar el lenguaje del celuloide, así como sus posibilidades narrativas.

domingo, 11 de febrero de 2018

Rosas

En la sala tranquila 
cuyo reloj austero derrama
un tiempo ya sin aventuras ni asombro
sobre la decente blancura
que amortaja la pasión roja de la caoba,
alguien, como reproche cariñoso,
pronunció el nombre familiar y temido.
La imagen del tirano
abarrotó el instante,
no clara como un mármol en la tarde,
sino grande y umbría
como la sombra de una montaña remota
y conjeturas y memorias
sucedieron a la mención eventual
como un eco insondable.
Famosamente infame
su nombre fue desolación en las casas,
idolátrico amor en el gauchaje
y horror del tajo en la garganta.
Hoy el olvido borra su censo de muertes,
porque son venales las muertes
si las pensamos como parte del Tiempo,
esa inmortalidad infatigable
que anonada con silenciosa culpa las razas
y en cuya herida siempre abierta
que el último dios habrá de restañar el último día,
cabe toda la sangre derramada.
No sé si Rosas
fue sólo un ávido puñal como los abuelos decían;
creo que fue como tú y yo
un hecho entre los hechos
que vivió en la zozobra cotidiana
y dirigió para exaltaciones y penas
la incertidumbre de otros.

Ahora el mar es una larga separación
entre la ceniza y la patria.
Ya toda vida, por humilde que sea,
puede pisar su nada y su noche.
Ya Dios lo habrá olvidado
y es menos una injuria que una piedad
demorar su infinita disolución
con limosnas de odio.
Jorge Luis Borges