domingo, 26 de enero de 2025

La primera epopeya: Las aventuras de Gilgamesh

Compuesto hacia fines del tercer milenio antes de Cristo, el poema de Gilgamesh recoge las curiosas peripecias y los fantásticos viajes de este héroe de una de las más antiguas epopeyas universales.


En la ciudad de Uruk, en el antiquísimo imperio de Babilonia, existió un rey llamado Gilgamesh. Así aparece mencionado en unas Listas Reales de la primera dinastía de Uruk. Posteriormente, un poema épico que precedió en más de mil años a la "Ilíada", de Homero, inmortalizó su nombre y se convirtió en uno de los textos literarios más antiguos de la humanidad. En él es difícil adivinar cuanto hay de cierto o histórico.
Pero el Gilgamesh del poema es un héroe y aventurero al nivel de Hércules, Ulises, el rey Arturo o el Cid Campeador. En él se lo llama "Señor de Kullab", en Uruk, lo que identificaría al personaje con el rey verdadero.




Podemos decir que las aventuras de Gilgamesh comienzan de manera dramática. Su gran amigo, Enkidu, muere, dejando a Gilgamesh solo y muy triste.
Deseando escapar de este destino, reservado a todo mortal, Gilgamesh decide poner toda su fuerza y su tesón en encontrar la solución para alcanzar la vida eterna. Sabía que ya otro ser humano lo había logrado: era Ut-Napishtim, único entre los suyos. Este sabio anciano había logrado escapar del gran Diluvio Universal, siendo premiado por su proeza con la vida eterna por los dioses. Era a él, entonces, a quien debía recurrir Gilgamesh para arrancar el preciado secreto.




Pero la primera dificultad era que Ut-Napishtim vivía en un remoto paraje llamado Dilmun. Gilgamesh debió atravesar desiertos, enfrentar furiosos leones, a los hombres-escorpiones, escalar precipicios y navegar mares extraños y olvidados. Cuando por fin llegó ante Ut-Napishtim, éste se mostró reacio a hacer cualquier revelación, contándole tan sólo sus aventuras corridas durante el gran Diluvio. Pero, finalmente, conmovido por los sentimientos de Gilgamesh para con su amigo, y por los problemas que demostró ser capaz de vencer para llegar hasta él, Ut-Napishtim le contó el gran secreto, tan buscado por el hombre.





Se trataba de una planta espinosa que yacía en el fondo del mar y que Gilgamesh debía arrancar y conservar. Éste no tardó en llegar hasta esas aguas y, atándose piedras a los pies, hundirse en las profundidades. Arrancó la planta, que lastimó con las espinas sus manos de manera espantosa, y se quitó las piedras para volver a la superficie ¡Lo había logrado! Gilgamesh decidió regresar a la ciudad de Uruk y compartir el secreto con sus habitantes. En el camino de regreso se detuvo en un estanque para darse un baño. Y fue ahí cuando una serpiente atraída por el olor de la planta se acercó a ésta y se la comió. Así Gilgamesh volvió a ser mortal.



Algo más...
La epopeya de Gilgamesh era ya conocida en el siglo III a.C. por fragmentos. La versión relativamente completa que hoy existe proviene de una colección de doce tablillas de arcilla en lengua asiria. Como dijimos, es una de las obras literarias más antiguas conservadas en la actualidad. ¡Una joya!

Revista Anteojito N°1507, pp.40-41
26 de enero 1994

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