¡Qué lindo es retirarse a descansar después de un día de intenso trajín! Nos espera un colchón mullidito junto a la calidez de las frazadas en invierno y la frescura de las sábanas en verano. ¿Siempre existió esta comodidad?
Los hombres primitivos se echaban a dormir sobre el suelo. Lo mismo hacían nuestros gauchos cuando los sorprendía la noche fuera del rancho. A lo sumo, utilizaban el poncho amigo como almohada y el recado como colchón.
La primera cama fue un simple jergón hecho con paja. Poco a poco fue evolucionando. Las camas de griegos y romanos eran de mármol o de madera ¡Qué duras serían! Por eso utilizaban almohadones para mitigar su dureza
Allá por el 1400 los lechos eran tan altos que para llegar a ellos era preciso utilizar escabeles (pequeños escalones). La altura se debía a la necesidad de aislar la cama de la frialdad de los pisos de pavimento.
Las camas fueron transformándose poco a poco hasta convertirse en muebles de gran belleza. Actualmente son cómodas y funcionales: muebles-cama; camas rebatibles, camas marineras, que aprovechan al máximo los reducidos espacios.
Revista Anteojito N°1506, p.34
19 de enero 1994
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