Es una planta de hermosas flores, que crece espontáneamente en la región ocupada por los países de clima tropical. Los aztecas (antiguos pobladores de México) la llamaban: cocoxochitil. El nombre dalia deriva del apellido de un botánico sueco: Dahl.
La planta necesita mucho sol para desarrollarse. Si se la ubica en un lugar sombrío se debilita y muere. Su raíz es tuberosa (carnosa) y su tallo robusto y muy ramificado. Las hojas tienen borde dentado, como un serruchito.
Entre las variedades de dalia más conocidas se cuentan: la enana o georgina, la gigante, la de pétalos puntiagudos, la de pétalos de diferente color en sus dos caras, la de collar, la de pompón y la flor rellena.
En el siglo pasado las dalias eran muy codiciadas. Se cuenta que por un rarísimo ejemplar se pagó ¡con un diamante! En 1864 se ofrecieron 50.000 francos a quien obtuviera una dalia azul. Difícil tarea, ¿lo habrán conseguido?
Revista Anteojito N°1611, pp.9
23 enero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1611/page/n9/mode/1up
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