mientras la buena mujer
va cosiendo una camisa.
Sobre su espalda encorvada
la lámpara da el reflejo:
y parece cobijada
con un manto de oro viejo…
Y la tela que viene y la tela que va…
y que nunca se rompe ni aja,
y la rueda, traca, traca tra…
y la aguja que sube y que baja…
De las paredes blanqueadas
penden cromos y retratos,
y esas frágiles monadas
de los bazares baratos.
Una niña pensativa
sobre un libro aprender a leer,
mientras canta fugitiva
la máquina de coser.
Y la hora que suena y se va…
y el pan y el amor que nunca van juntos,
y la rueda, tranca, tranca, tra…
y la punta que deja su línea de puntos.
La tela a ratos se espesa
en una encrespada ola,
y cuelga desde la mesa
como si fuera una cola.
Mientras la mujer prolija
sigue su trabajo diario
y la acompaña su hija
que aprende el abecedario…
Y en tanto la suerte marcha volandera,
mostrando su avaro y huraño cariz:
cose, cose, cose, buena costurera,
cose la camisa del hombre feliz…
Ernesto Mario Barreda
“Cien Lecturas” pp. 199-200
Hermoso !!!
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