viernes, 31 de enero de 2025

Sobre el olivar

Sobre el olivar
se vio a la lechuza
volar y volar. Campo, campo, campo.
Entre los olivos
los cortijos blancos.

Por un ventanal
entró la lechuza
en la catedral.

San Cristobalón
la quiso espantar,
al ver que bebía
el velón de aceite
de Santa María.

La virgen hablo:
-Déjala que beba, San Cristobalón.
…………………………………..
Sobre el olivar
se vio a la lechuza
volar y volar
…………………………………..
A Santa María
un ramito verde
volando traía.

Antonio Machado
Revista Anteojito N°1560, pp.2
31 enero 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1560/page/n1/mode/1up

jueves, 30 de enero de 2025

El crisantemo


El crisantemo es oriundo de Oriente, de China y del Japón. Hace miles de años ya alegraba desde las viviendas más humil- des hasta los jardines imperiales.
Su nombre deriva del griego y significa "flor de oro"; Chrisos: oro y Anthemon: flor.



El crisantemo tiene apariencia arrepollada y gran cantidad de pétalos. Los colores predominantes son el blanco y el amarillo, pero también encontramos variedades purpurinas (rojizas).
El crisantemo florece en la estación de otoño. ¿Lo sabías?




La planta del crisantemo tiene tallo semileñoso y hojas ovaladas muy recortadas. Las semillas se siembran en primavera. Muchas de las variedades de crisantemos llevan bellos nombres, tales como: "Hijo del Cielo", "Jade" y "Sabiduría Imperial". Verdaderamente orientales, ¿no?



Ya avanzado el siglo XVIII una gran variedad de plantas y flores orientales fueron introducidas en toda Europa. El crisantemo tuvo el privilegio de ser una de ellas y su primer destino fue un lugar hermoso, digno de tan bella flor: los jardines de Aranjuez, en España.



En el Japón, el crisantemo sigue gozando de gran popularidad. Las novias japonesas lo llevan en su tocado el día de su boda, como símbolo de felicidad.
También aparece decorando abanicos, cofres, telas y figuran en el Escudo Imperial.

Revista Anteojito N°1612, pp.9
30 enero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1612/page/n8/mode/1up

domingo, 26 de enero de 2025

El cacto y la orquídea


Esta leyenda maya cuenta cómo aparecieron en el mundo el cacto y la orquídea. Fue en tiempos de la conquista, que los mayas supieron resistir con valor y firmeza. Lucharon durante muchos días y muchas noches, bajo las órdenes de Huasca Michaqui.
Ni un momento dejó de oírse en mares y montañas, el terrible sonido guerrero del "botuto" y de la "guarura", cuernos de caracol marino.
Al cabo de casi un mes lleno de fuego y destrucción, los guerreros mayas fueron derrotados. ¡Pero su bravo espíritu no se día por vencido! En un último intento, el valiente Huasca Michaqui imploró al dios Yorocán: -¡Apiádate de nosotros, Yorocán! ¡No nos permitas rendirnos! Condénanos a luchar durante toda la eternidad, si es preciso, y a nuestras mujeres permíteles huir antes que caer prisioneras en manos enemigas-. Yorocán, conmovido ante un ruego tan sentido, le concedió su deseo. Transformó a los hombres en cactos con ramas llenas de espinas lacerantes y formas tan intrincadas, que parecían brazos levantados en plena batalla. A las mujeres las convirtió en orquídeas, flores frágiles cuyos pétalos, según cuenta la leyenda, se marchitan con que sólo las mire un extranjero.
Así, generación tras generación, los soldados-cacto luchan por recuperar su tierra, y las mujeres-orquídea huyen de los invasores extranjeros.

Revista Anteojito N°1507, p.42
26 de enero 1994

La primera epopeya: Las aventuras de Gilgamesh

Compuesto hacia fines del tercer milenio antes de Cristo, el poema de Gilgamesh recoge las curiosas peripecias y los fantásticos viajes de este héroe de una de las más antiguas epopeyas universales.


En la ciudad de Uruk, en el antiquísimo imperio de Babilonia, existió un rey llamado Gilgamesh. Así aparece mencionado en unas Listas Reales de la primera dinastía de Uruk. Posteriormente, un poema épico que precedió en más de mil años a la "Ilíada", de Homero, inmortalizó su nombre y se convirtió en uno de los textos literarios más antiguos de la humanidad. En él es difícil adivinar cuanto hay de cierto o histórico.
Pero el Gilgamesh del poema es un héroe y aventurero al nivel de Hércules, Ulises, el rey Arturo o el Cid Campeador. En él se lo llama "Señor de Kullab", en Uruk, lo que identificaría al personaje con el rey verdadero.




Podemos decir que las aventuras de Gilgamesh comienzan de manera dramática. Su gran amigo, Enkidu, muere, dejando a Gilgamesh solo y muy triste.
Deseando escapar de este destino, reservado a todo mortal, Gilgamesh decide poner toda su fuerza y su tesón en encontrar la solución para alcanzar la vida eterna. Sabía que ya otro ser humano lo había logrado: era Ut-Napishtim, único entre los suyos. Este sabio anciano había logrado escapar del gran Diluvio Universal, siendo premiado por su proeza con la vida eterna por los dioses. Era a él, entonces, a quien debía recurrir Gilgamesh para arrancar el preciado secreto.




Pero la primera dificultad era que Ut-Napishtim vivía en un remoto paraje llamado Dilmun. Gilgamesh debió atravesar desiertos, enfrentar furiosos leones, a los hombres-escorpiones, escalar precipicios y navegar mares extraños y olvidados. Cuando por fin llegó ante Ut-Napishtim, éste se mostró reacio a hacer cualquier revelación, contándole tan sólo sus aventuras corridas durante el gran Diluvio. Pero, finalmente, conmovido por los sentimientos de Gilgamesh para con su amigo, y por los problemas que demostró ser capaz de vencer para llegar hasta él, Ut-Napishtim le contó el gran secreto, tan buscado por el hombre.





Se trataba de una planta espinosa que yacía en el fondo del mar y que Gilgamesh debía arrancar y conservar. Éste no tardó en llegar hasta esas aguas y, atándose piedras a los pies, hundirse en las profundidades. Arrancó la planta, que lastimó con las espinas sus manos de manera espantosa, y se quitó las piedras para volver a la superficie ¡Lo había logrado! Gilgamesh decidió regresar a la ciudad de Uruk y compartir el secreto con sus habitantes. En el camino de regreso se detuvo en un estanque para darse un baño. Y fue ahí cuando una serpiente atraída por el olor de la planta se acercó a ésta y se la comió. Así Gilgamesh volvió a ser mortal.



Algo más...
La epopeya de Gilgamesh era ya conocida en el siglo III a.C. por fragmentos. La versión relativamente completa que hoy existe proviene de una colección de doce tablillas de arcilla en lengua asiria. Como dijimos, es una de las obras literarias más antiguas conservadas en la actualidad. ¡Una joya!

Revista Anteojito N°1507, pp.40-41
26 de enero 1994

jueves, 23 de enero de 2025

La dalia



Es una planta de hermosas flores, que crece espontáneamente en la región ocupada por los países de clima tropical. Los aztecas (antiguos pobladores de México) la llamaban: cocoxochitil. El nombre dalia deriva del apellido de un botánico sueco: Dahl.



La planta necesita mucho sol para desarrollarse. Si se la ubica en un lugar sombrío se debilita y muere. Su raíz es tuberosa (carnosa) y su tallo robusto y muy ramificado. Las hojas tienen borde dentado, como un serruchito.




Cuando los europeos llegaron a América, conocieron esta planta y admira- ron la belleza de su flor. La llevaron al viejo continente y allí obtuvieron miles de variedades que fueron distribuyéndose en otros lugares.





Entre las variedades de dalia más conocidas se cuentan: la enana o georgina, la gigante, la de pétalos puntiagudos, la de pétalos de diferente color en sus dos caras, la de collar, la de pompón y la flor rellena.



En el siglo pasado las dalias eran muy codiciadas. Se cuenta que por un rarísimo ejemplar se pagó ¡con un diamante! En 1864 se ofrecieron 50.000 francos a quien obtuviera una dalia azul. Difícil tarea, ¿lo habrán conseguido?

Revista Anteojito N°1611, pp.9
23 enero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1611/page/n9/mode/1up

domingo, 19 de enero de 2025

¿Se fue a la guerra Mambrú?

"Mambrú se fue a la guerra, chiribín, chiribín, chin chin", dice la popular canción. ¿Alguno de nosotros imagina al cantarla que Mambrú existió?

En esta página te contamos la vida de este cantarín personaje. Seguro que te interesará y quedarás atrapado en ella, como muchos chicos de las generaciones que nos precedieron.
John Churchill, duque de Marlborough (1650-1722) fue uno de los más distinguidos e influyentes estadistas de su tiempo, en su nativa Inglaterra. Asimismo, su brillante carrera en las armas ganó fama internacional. Incluso la esposa de Marlborough había logrado cierta influencia sobre la reina Ana de Inglaterra, gracias a su marido. Iniciada la guerra de sucesión española Marlborough fue nombrado generalísimo de las tropas inglesas, en los Países Bajos (1701). Sus victorias, allí, llegaron a la cima cuando derrotó a las fuerzas francesas de manera aplastante en la batalla de Hochstadt, en Blenheim, Baviera (13 de agosto de 1704). Los franceses siguieron acosados por Marlborough y sufrieron una derrota aún más trágica el 11 de septiembre de 1709, en la batalla de Malplaquet. Fue entonces cuando, gracias a la fama de Marlborough, un francés escribió unos versos irónicos y burlones sobre la música compuesta para los funerales del duque de Guisa, Francisco de Lorena (1519-1563), parodiando las hazañas de "Malbrough". Este nombre derivó luego, por uso popular, en "Mambrú", al pasar al español. Entre tanto, el duque de Mariborough se retiraba de la vida pública, después de haber sufrido su primera derrota (1716), y moría en su finca de Windsor Lodge dejando una verdadera fortuna.


¿SABÍAS...
que gran parte de la popularidad de la canción se debió a la predilección que tenía por ella la reina de Francia, María Antonieta, quien la había oído cantar a la nodriza de sus hijos? Según el autor Chateaubriand, la melodía de Mambrú se cantaba en las cruzadas.

Revista Anteojito N°1506, p.7
19 de enero 1994

¡Buenas noches!

¡Qué lindo es retirarse a descansar después de un día de intenso trajín! Nos espera un colchón mullidito junto a la calidez de las frazadas en invierno y la frescura de las sábanas en verano. ¿Siempre existió esta comodidad?


Los hombres primitivos se echaban a dormir sobre el suelo. Lo mismo hacían nuestros gauchos cuando los sorprendía la noche fuera del rancho. A lo sumo, utilizaban el poncho amigo como almohada y el recado como colchón.


La primera cama fue un simple jergón hecho con paja. Poco a poco fue evolucionando. Las camas de griegos y romanos eran de mármol o de madera ¡Qué duras serían! Por eso utilizaban almohadones para mitigar su dureza


Allá por el 1400 los lechos eran tan altos que para llegar a ellos era preciso utilizar escabeles (pequeños escalones). La altura se debía a la necesidad de aislar la cama de la frialdad de los pisos de pavimento.


Las camas fueron transformándose poco a poco hasta convertirse en muebles de gran belleza. Actualmente son cómodas y funcionales: muebles-cama; camas rebatibles, camas marineras, que aprovechan al máximo los reducidos espacios.




Revista Anteojito N°1506, p.34
19 de enero 1994

jueves, 16 de enero de 2025

La orquídea



La selva impenetrable y húmeda es el escenario natural de la orquídea. Allí donde la hierba, las ramas y las hojas se entrelazan en misteriosos laberintos, nace y vive esta flor. A ras del suelo o en lo más alto de la floresta.




La flor de la orquídea puede ser blanca, amarilla, alilada o rosada, con pequeñas motas o delicadas vetas. Algunos pétalos están unidos entre sí; otros crecen libremente y hay uno que es diferente de todos por su forma y su color.




La planta crece apoyándose en el tronco de los árboles. La polinización es realizada por insectos que llevan el polen gelatinoso adherido a su cabeza. Las semillas se completan con la ayuda de un hongo que vive en la raíz de la planta.




Muchas y variadas son las especies de orquídeas. Botánicos, coleccionistas y floricultores, en peligrosas expediciones, se adueñaron de ellas y las trasladaron desde la selva hasta refinados jardines y salones donde las cultivaron.



En los invernaderos, provistos de clima cálido y húmedo, y de un esmerado cuidado, se cultivan artificialmente bellísimas orquídeas. ¿Sabías? La orquídea es la flor nacional de varios paises: Honduras, Guatemala, Panamá, Costa Rica y Venezuela.

Revista Anteojito N°1610, pp.10
16 enero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1610/page/n9/mode/1up

jueves, 2 de enero de 2025

Un gorrión muy especial

En el sur del continente africano habita el gorrión republicano. Tiene hábitos diferentes de los de otros gorriones en lo que respecta a la construcción de su vivienda. Se reúnen cincuenta parejas de gorriones y hacen sus nidos uno junto al otro. Cuando están terminados, entre todos los gorriones fabrican un techo con abundante paja y cubren con él los nidos. Esta singular vivienda colectiva presenta la curiosa apariencia de una verdadera cabaña. Un buen ejemplo de solidaridad.

Revista Anteojito N°1608, pp.25
2 enero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1608/page/n24/mode/1up

Inmigrantes alados

Los gorriones europeos comparten la vida humana desde hace diez mil años. Los primeros gorriones fueron traídos a nuestro país por iniciativa de Sarmiento, hacia el año 1870, enamorado de la naturaleza y particularmente de los pájaros. Otra versión atribuye a E. Bieckert, un cervecero suizo-alemán, la llegada de dos parejas de gorriones europeos hacia la segunda mitad del pasado siglo. Lo cierto es que estos simpáticos pájaros se aclimataron muy bien en nuestro país reproduciéndose abundantemente a lo largo y a lo ancho de nuestro extenso territorio.

Revista Anteojito N°1608, pp.24
2 enero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1608/page/n23/mode/1up

Verano

Como el sol es muy ardiente
llega todo acalorado,
madurando la cosecha
con su rostro bronceado.

Hay promesa de frescura
en las frutas deliciosas,
para aliviar el sopor
de las siestas calurosas.

Echa a andar por los caminos
alocada la cigarra;
va cantándole al verano
al compás de su guitarra.

Las ranas junto al arroyo
ensayan un nuevo canto
y en la orilla alborotada
los juncos trenzan un manto.

La Luna empolva su cara
y usa un vestido liviano;
es más blanca y más desnuda
en las noches de verano.

Elsa Echauri
Revista Anteojito N°1608, pp.2
2 enero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1608/page/n2/mode/1up