martes, 20 de febrero de 2024

El Carnaval de la Quebrada

"Llegando está el Carnaval/ quebradeño, mi cholita./ Fiesta de la quebrada/humahuaqueña/ para cantar./ Erke, charanga y bombo/ Carnavalito para bailar..." Estos populares versos evacan la alegría del Carnaval en el Norte de nuestro país.

¿CUANDO “CAE” CARNAVAL?
En Jujuy, a lo largo de la quebrada de Humahuaca, se eslabonan muchos pueblos donde las tradiciones se mantienen intactas a través del tiempo: Una de ellas es el Carnaval, la fiesta máxima que congrega a todos, sin excepción de edad. Al comenzar el año, buscan en el almanaque la fecha en que se celebrará el Carnaval. Hay que estar bien preparado para recibirlo como se merece. ¡Con todos los honores! Una visita a parientes y amigos es el primer paso.

¡A AFINAR LOS INSTRUMENTOS!
Las tareas habituales pasan a ocupar un segundo lugar. El primero, sin dudas, corresponde a la preparación de los festejos del Carnaval. Como la música es la protagonista, hay que revisar los instrumentos ¿Están afinados el erkencho y el erke? ¿Necesitan ser retobados la caja y el bombo? ¿Está en condiciones la quajtana, ese palillo que hace sonar el parche de la caja? Los cantores, en tanto, coleccionan cuanta copla recuerdan y agregan alguna más.

EN BUSCA DEL DUENDE
Cuanto más aislado está el poblado, mayor es la celebración. Quizá se olviden de festejar sus cumpleaños, pero nunca dejan de festejar el Carnaval. En todas las casas hay maíz en abundancia para preparar la chicha, la antigua bebida que continua encendiendo la alegría, como en los tiempos anteriores a la Conquista. El sábado de Carnaval, los hombres se dirigen al lugar donde está enterrado "Pujllay”, el muñeco que representa al Carnaval. Lo desentierran. Al volver al pueblo son recibidos por las mujeres que llevan plantas en sus manos.

LOS CARAPÁLIDAS
Los contagiosos compases del Carnavalito resuenan en las calles angostas flanqueadas por casas bajas y escoltadas por cerros de increíble color. Rondas, puentes y molinetes se suceden, poniendo a prueba la gracia de los bailarines. El takirari, danza boliviana, y algunos ritmos modernos también se incorporan al festejo. El baile desata la alegría y se prolonga hasta el amanecer. No hay serpentinas ni papel picado, pero abundan el talco y la harina. Mezclados con el agua, lo blanquean todo.

¿DE QUE TE DISFRAZASTE?
Los disfraces preferidos, el de indio y el de diablo, rivalizan en la vistosidad de sus colores. Los cascabeles que se colocan en la ropa acompañan con su sonoro tintinear a los bailarines. Es como otro instrumento musical que se agrega al charango, al bombo y a la que na. Los participantes cubren sus rostros con singulares caretas de alambre. Se realizan contrapuntos de dichos ocurrentes y de bromas, y también se realizan competitivas cabalgatas.

¡HASTA EL OTRO CARNAVAL!
El Carnaval es como un mago que hace desaparecer la rutina, pero su reinado de alegría, de música y de color es muy breve. Cuando llega a su fin, los hombres nuevamente se encaminan hacia el lugar donde Pujllay será enterrado. Lo hacen en silencio como si se despidieran de un amigo muy querido. Durante un año nadie perturbará su reposa. Pero cuando nuevamente llegue el Carnaval y la algarabía se apodere de todos, los hombres estarán allí felices ante la inminencia del reencuentro y rescatarán a Pujllay del silencio y la soledad.

Revista Anteojito N°1615, pp.24-25
20 febrero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1615/page/n23/mode/1up

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