La miel es ese manjar viscoso y muy dulce que preparan las abejas a partir de una receta milenaria. Es tan antigua que las abejas prehistóricas ya la conocían. El ingrediente principal del preparado es el polen que las abejas liban -extraen- de las flores. Enseguida lo guardan en el buche o bolsa de miel, cavidad especial que tienen las abejas para llevar el polen a su casa, la colmena.
Mientras las abejas vuelan hacia la colmena, el polen se mezcla con unos fermentos en el buche. Entonces se producen ciertas reacciones químicas y el resultado es ¡miel! Cuando llegan a la colmena, las abejas depositan esta miel en las celdas de los panales. Con ella se alimentarán las larvas y todas las abejas del panal que además de ser golosas necesitan proteínas y calorías.
El hombre de las ingenió para fabricar colmenas "artificiales" con panales y todo, para disponer de una fuente permanente de miel. El apicultor es el encargado de "criar abejas", es decir, fabricar las colmenas y mudar un grupo de "inquilinas" para que se instalen en su nueva casa. Esta cuenta con cuadros movibles donde las abejas construyen los panales. Allí depositan la miel que después cosecha nuestro amigo el apicultor.
Otros animales han sabido apreciar el sabor y el poder nutritivo de este "viscoso elemento". Entre ellos están los osos, históricos salteadores de colmenas. Claro que ellos se comen trozos de panal untadas con miel. Nosotros entero, como si fueran "tostadas" también podemos comer miel de panal aunque en general comemos miel filtrada es decir, separada del panal.
Revista Anteojito N°1551, pp.28
29 noviembre 1994
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1551/page/n27/mode/1up
No hay comentarios.:
Publicar un comentario