A cien años de la muerte de Louis Pasteur, sus invalorables aportes a la medicina y a la biología están muy lejos de ser olvidados. Entre pipetas y microscopios, sus sucesores se encargan de mantener el alto nivel de las investigaciones y la aplicación al estudio que distinguieron al notable científico. ¿Espiamos sus laboratorios?...
La tarea principal de los investigadores que trabajan en el Instituto es descubrir cómo y por qué ciertos microbios invaden y colonizan organismos que antes estaban sanos. En otras palabras y para decirlo "en fácil”: ¿Por qué nos enfermamos? La microbiología, prácticamente "inventada” por el doctor Louis Pasteur, busca respuestas en los "microbios” que, a veces, nos invaden sin aviso previo. Los "microbiólogos” tratan de identificar a los microbios que causan nuestras enfermedades -virus, bacterias y hongos-. Luego los estudian con la esperanza de descubrir distintas formas de detectar su presencia en un organismo -“diagnóstico veloz”- para después dar con el mejor procedimiento para combatirlos. Una de las formas que han inventado es el "antibiograma", que permite medir la reacción de las bacterias frente a distintos antibióticos, y así iniciar el tratamiento más adecuado en cada caso para eliminarlas.
TRABAJANDO COMO LOCOS
En el año 1888, Louis Pasteur promovió en Francia la fundación de un establecimiento dedicado al tratamiento de la rabia, al estudio de las enfermedades infecciosas y a la enseñanza de la microbiología. Nacía entonces el centro de investigaciones biológicas más importante del mundo: el Instituto Pasteur. El objetivo principal del centro recién fundado era aplicar a la medicina el fruto de los experimentos. ¡Y aún lo es hoy en día! Casi cien años después de su creación, en cada una de las 26 sedes que tiene hoy el Instituto en todo el mundo, se trabaja con el mismo fervor de los comienzos. Los científicos trabajan sin descanso buscando la forma de aliviar algunas de las dolencias que aquejan a la humanidad. Las investigaciones se centran en la lucha contra la rabia, la tuberculosis, el SIDA y el cáncer.
¿Cómo se defiende el organismo? Cuando el virus se Introduce en la célula (1), ésta lo reconoce y le envía sus datos a otra célula (2). Esta segunda célula fabrica los anticuerpos necesarios para combatir al virus intruso (3). Los anticuerpos comienzan a destruir al virus (4). Una tercera célula se encarga de producir más anticuerpos que, al difundirse por el torrente sanguineo, destruyen todos los vi rus que encuentran en su camino (5)
Además de la microbiología, el Instituto heredó de su fundador el interés por los estudios relativos a la inmunología "El sistema inmunitario es el segundo cerebro de un vertebrado- explica el doctor Antonio Coutinho, director del de parlamento de Inmunología del Instituto-. Aprende a reconocer a los intrusos y decide qué tratamiento' propinar a cada uno.”
Ocurre, sin embargo, que a veces este sistema de defensa se descompone, y los microbios invasores pueden actuar a sus anchas. Otras veces, es el mismo sistema inmunológico el que genera la enfermedad. ¡Increíble! ¿Verdad? Los inmunólogos del Instituto Pasteur tratan de comprender el funcionamiento un poco "complicado” del sistema inmunológico para poder, entonces, advertir y prevenir sus desarreglos.
CENTINELA DE LA SALUD
Entre los últimos descubrimientos del Instituto, figura el del doctor Bernard David. Ha demostrado que los mastocitos, células claves en los procesos de reacciones alérgicas, juegan un papel importantísimo en la regulación de los sistemas inmunológicos. Este gran descubrimiento permitirá conocer más a fondo nuestras defensas. Sin embargo, la investigación no es el único ni el principal objetivo del Instituto Pasteur. Sus laboratorios sirven como centro de consulta en los diferentes dominios que abarcan las actividades del Instituto. Además de consejeros, los investigadores del Instituto Pasteur son verdaderos "centinelas” listos para detener toda epidemia que se propague en cualquier rincón del mundo.
Desde su fundación, en 1888, el Instituto Pasteur no ha dejado de crecer sumando nuevos edificios en to do el mundo y estudiosos de gran talento a sus 100 unidades y departamentos de investigaciones. En la actualidad, trabajan en sus filas 2.600 hombres, de los cuales 1.100 son cientificos. Entre los investigadores del Instituto, ocho han ganado el Premio Nobel de Medicina: Alfonso Laveran en 1907, Elie Metchnikoff en 1908; Julio Bordet en 1919; Carlos Nicolle en 1928; Daniel Bovet en 1957 y Francisco Jacob, Andrés Lwoff y Jacques Monod en 1965. Como reconocimiento simbólico al trabajo de tantos hombres, el 28 de septiembre próximo pasado se hizo entrega de una distinción conmemorativa a uno de los científicos de la entidad... ¡que merecido lo tiene!
El virus de la gripe mide entre 80 y 100 millonésimas de milímetro y tarda de 1 a 4 días en completar su incubación. |
El virus de la viruela. Su período de incubación oscila entre los 20 y los 60 días y el tamaño del virus es aproximadamente de 170 millonésimas de milímetro. |
Este es el virus del catarro. Su incubación lleva menos de un día. Puede medir entre 20 y 30 millonésimas de milímetro. |
CALENDARIO DE ÉXITOS
En 1885, Louis Pasteur puso a punto uno de los hallazgos más revolucionarios de la medicina moderna: la vacuna contra la rabia. Luego de la fundación del Instituto Pasteur en 1888, se sumaron a esta victoria nuevos eslabones. Y la cadena de éxitos en la lucha contra las enfermedades infecciosas ha crecido más y más hasta nuestros días: 1894: nace la seroterapia; 1904: primeros ensayos de quimioterapia; 1921: vacuna contra la tuberculosis; 1927: vacuna contra la fiebre amarilla: 1936: se descubre la acción antiinfecciosa de la sulfamida: 1955: vacuna contra la poliomielitis; 1983: descubrimiento del virus del SIDA; 1988: vacuna contra la hepatitis B.
Revista Anteojito N°1601, pp. 18-19
14 noviembre 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1601/page/n17/mode/1up
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