y por entre los surcos
pequeñas sombras salen.
Juguemos a chapotear
en los charquitos solitarios,
exclama el duendecito temerario.
Juguemos a trabajar
ensilando el grano,
sugiere el duende más anciano.
Pequeños seres,
trabajadores del campo,
dejen de jugar -gruñe el trueno-
que se avecina el señor relámpago.
María Alejandra D'Alessandria
Revista Anteojito N°1596, pp.2
10 octubre 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1596/page/n2/mode/1up
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