La torre de aquella iglesia
hunde su cruz en el cielo.
Dime, madre, ¿hay otra torre
más alta en el mundo entero?
…Esa torre sólo es alta,
hijo mio, en tu recuerdo.
Tu brazo de siete años
alcanzaba sin esfuerzo
una piedra a sus campanas.
¿Te acuerdas, hijo? …Me acuerdo;
pero la torre más alta
del mundo, es la de aquel pueblo.
alcanzaba sin esfuerzo
una piedra a sus campanas.
¿Te acuerdas, hijo? …Me acuerdo;
pero la torre más alta
del mundo, es la de aquel pueblo.
B. Fernández Moreno.
Revista Anteojito N° 2,
15 Octubre 1964
https://archive.org/details/anteojiton215octubre1964
No hay comentarios.:
Publicar un comentario