viernes, 26 de septiembre de 2025

Casualidad maravillosa

Las cuevas de Altamira (Santander, España) son famosas porque conservan pinturas de la Prehistoria. Su descubridora fue una niña de ¡doce años!
María, mientras su papá Marcelino de Sautuola investigaba en los prados de Altamira, penetró en una cueva cercana. Allí descubrió dibujos de toros y bisontes pintados en rojo y negro. Llamó a su papá que comprobó el valor del descubrimiento. Pese a la alegría por el hallazgo, los científicos de la época -era el año 1894- decían que los dibujos eran un fraude. Sólo después de muchos años se reconoció el valor histórico y artístico de ese descubrimiento de 20.000 años de antigüedad.

Revista Anteojito N°1594, p. 11
26 de septiembre 1995

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