Las primeras ciudades surgieron hace varios miles de años, cuando los hombres dejaron de viajar de un lado para otro y se establecieron en lugares fijos. Las pequeñas aldeas primitivas crecieron, se organizaron y se convirtieron en ciudades tan lindas como éstas...
Las primeras ciudades surgieron en la Mesopotamia asiática, entre los ríos Tigris y Éufrates, hace nada menos que 8.000 años. Estaban rodeadas por una fosa y una muralla que las protegían de sus enemigos. En el centro se erigía un templo de varios pisos escalonados llamado zigurat y dedicado a los dioses. Las construcciones, decoradas con hermosos ladrillos esmaltados, se levantaban a lo largo de calles rectas, formando un plano simétrico. ¡Muy prolijas! Ur, Uruk y Babilonia eran algunas de es-tas primitivas ciudades. De acuerdo con lo que te contamos, ¿cómo las imaginas?
Hablando de Roma...
Roma era una ciudad realmente impresionante. A fines del siglo II ya contaba con 1.790 "domus" y 44.300 "insulae". Te explicamos: "domus” quiere decir casa en "romano" -latin, claro- y las "insulae" eran unos edificios de dos o tres pisos donde vivían varias familias. Había además 11 baños públicos, 28 bibliotecas, 36 arcos de triunfo y un circo con capacidad para 50.000 espectadores. Claro que Roma, como todas las grandes ciudades, tenía también grandes problemas. Las "vias" o calles empedradas eran demasiado angostas y todos los días había terribles atascamientos en el tránsito de carros.
Entre los siglos XII y XIV se desarrollaron ciudades en torno a actividades o instituciones importantes. París, en Francia, floreció en torno a su importante universidad y a su imponente catedral. Otras ciudades crecieron alrededor de ferias y puertos. Las "postas", donde los peregrinos religiosos se detenían a descansar o a comer, también se convirtieron en ciudades. Una gran muralla protegía a los habitantes. Sus casas, de madera y muy angostas, se aglomeraban en el interior, sobre callecitas tortuosas y casi siempre bastante sucias. Recordemos que entonces no existían los camiones recolectores de la basura...
En el siglo XV las ciudades medievales sufrieron una transformación increíble. Las nuevas construcciones, de medidas armónicas, embellecieron enormemente a las antiguas fortificaciones. Toda esta revolución arquitectónica tuvo un nombre: Renacimiento. Los arquitectos renacentistas eran los encargados de diseñar los nuevos edificios, elegir los materiales y de terminar las medidas, que casi siempre eran simétricas. Filippo Brune-İleschi (1377-1446) fue el más destacado de estos verdaderos artistas. Diseñó la cúpula de la catedral Santa María del Fiore, en Florencia, Italia, que aún nos deslumbra por su belleza y perfección.
La ciudad industrial, ¡un cambio total!
En el siglo XIX se produjo la Revolución Industrial en Inglaterra. Las ciudades crecieron mucho y cambiaron su aspecto. ¿Por qué? Porque comenzaron a utilizarse nuevos materiales, como el hierro, el hormigón armado y el acero. Los ingenieros diseñaron puentes, túneles y edificios muy altos que casi tocaban el cielo. ¿Adivinaste?... Los rascacielos. Pero las ciudades no estaban preparadas para tantos cambios. Mucha gente del campo se mudó a las ciudades, y como no tenía dónde alojarse, construyó sus casas en las afueras formando los suburbios, que crecieron y crecieron a medida que llegaban nuevos inmigrantes.
Como te contamos antes, casi todas las ciudades fueron creciendo de a poquito, junto a un puerto, un río o una gran catedral. Hubo sin embargo otras ciudades que se formaron "de golpe", por orden de algún gobernante o por necesidades del momento. Un ejemplo: en el siglo IV antes de Cristo, el emperador Alejandro Magno ordenó la construcción de una ciudad que llamó Alejandría. En 1703, el zar Pedro el Grande hizo construir y poblar a la fuerza San Petersburgo, "la ciudad de San Pedro”, y Brasilia, la capital del Brasil, fue concebida por el arquitecto Oscar Niemeyer en 1960. ¿Te gustaría jugar al "arquitecto" y planear tu propia ciudad? ¿Cómo sería?
Revista Anteojito N°1591, pp. 16-17
5 de septiembre 1995
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