Cuando hoy viajamos al lugar más remoto del mundo, cruzando velozmente los cielos, nos cuesta pensar en aquel tiempo en que imaginario, no más, era casi una locura. Esta es una crónica de nuestros primeros "locos", verdaderos próceres aéreos.
Buenos Aires, 24 de diciembre de 1907. Mientras en todos los hogares se prepara lo necesario para recibir una vez más la Nochebuena navideña, hay dos hombres que no descansan ni se distraen. Son Aarón de Anchorena y Jorge Newbery. Tenían un ambicioso y soñado proyecto entre manos, en realidad casi una fantasía. En aquellos tiempos, cuando nacían nuestros bisabuelos, el medio de transporte usado era todavía el caballo. La Argentina ni siquiera había cumplido los cien años de la Revolución de Mayo, y le faltaban unos nueve para conmemorar el centenario de su liberación de España. El presidente de la República era por aquel entonces José Figueroa Alcorta.
En medio de ese cuadro, al fin de cuentas no tan antiguo, Anchorena y Newbery querían... ¡volar! Anchorena, que era un hombre de mundo, había observado las prácticas que se hacían en Europa, desde mucho tiempo atrás, en globos. (El avión estaba en sus primeros momentos.) Estimulado por los éxitos en el extranjero, importó al país uno de esos globos que parecían desafiar la lógica del momento. Los preparativos comenzaron en ese mismo año de 1907. Anchorena eligió a Jorge Newbery para acompañarlo en su excursión por los aires, puesto que conocía la afición de éste por las aventuras aéreas. El globo quedó bautizado con el hermoso nombre de "Pampero".
Reunidos ambos en un campo abierto de la Sociedad Sportiva en Palermo, los rodeaban algunas autoridades y curiosos. Veinte soldados del regimiento 1º de Caballería (hoy Granaderos a Caballo) tenían la misión de inflar el globo. Para ello contaban con una cañería que soplaría el gas dentro del género de color amarillo que conformaba el globo propiamente dicho. Pero a pesar de los esfuerzos de aquellos soldados y de que eran dirigidos todos por un técnico que Anchorena invitó de Francia, Louis Faberes, no tuvieron éxito. No se desanimaron y se dispuso que repetirían el intento al día siguiente, mejor equipados y descansados. ¡Qué perseverancia!
Tal vez animados por el espíritu navideño, al mediodía siguiente el criollo "Pampero" fue inflado prontamente. Subidos Anchorena y Newbery a la barquilla, al grito de "¡larguen!", el globo comenzó a elevarse débilmente. Con menos peso, y con una multitud eufórica, el "Pampero" remontó con serenidad a aquellas alturas tan soñadas. En reconocimiento a ese suceso, el 8 de enero de 1908 quedó creado el Aero Club Argentino, que fue presidido por Jorge Newbery hasta su muerte. Su hermano Eduardo, deportista nato, se elevó en el "Pampero" el 17 de octubre de 1908 con el sargento Eduardo Romero, pero desaparecieron sin que hasta hoy se sepa su suerte.
Postdata
- La primera ascensión del "Pampero" fue realizada sin que se llenaran los 1.200 metros cúbicos de su capacidad de inflado.
- Solo tres meses después de aquella primera ascensión, Jorge Newbery se convirtió, en marzo de 1908, en el primer aviador argentino que volaba un avión "más pesado que el aire".
- Antes de perderse, el "Pampero realizó otro vuelo, y con el mismo Eduardo Newbery, al cual ligaría su destino. Lo hizo el 19 de abril de 1908, y fue el bautismo aéreo del joven Newbery.
Revista Anteojito N°1486, p. 32-33
1 de septiembre 1993
https://archive.org/details/19a_20230103/32.jpg
No hay comentarios.:
Publicar un comentario