¡Tener diez años, y los ojos limpios para mirar las cosas bellas de la vida!
¡Tener diez años, y los oídos limpios para escuchar las notas más puras de la vida!
¡Tener diez años, y las manos limpias para tocar las cosas más santas de la vida!
¡Tener diez años, y los labios limpios para pronunciar las palabras más santas de la vida!
¡Diez años! Y muchos cascabeles de oro, de plata y de cristal en el pecho, allí mismo donde palpita apresuradamente el corazón.
¡Felicidad del mundo y de la vida!
No puedo olvidar esta lectura "Diez años", que la sabia de memoria cuando iba al normal. Además todas las lecturas del libro eran muy interesantes y de autores excelentes y los clásicos que ahora casi no se le hacen conocer a los niños.
ResponderBorrarGracias por ponerme en contacto con este recuerdo tan lindo!
ResponderBorrar