Abandonan los árboles sus hojas
a la danza del polvo, en el camino;
y en las desnudas ramas, sus congojas
el ave canta, con doliente trino...
Rasga el arado de la tierra el seno
y halla en el surco la semilla nido...
Tibio está el aire, de perfumes lleno,
como de húmedo suelo removido...
El sol entre sus púrpuras se arropa
mientras se va la tarde, lenta y fría;
bebe el labriego su postrera copa
y al reparo del lecho se confía...
"Agua Mansa", 1928
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