miércoles, 28 de febrero de 2024

Pytheas: y la primera exploración polar

Solemos identificar al noruego Roald Amundsen (1872-1928) con el héroe de la primera exploración polar. Sin embargo, mucho antes, nada menos que 24 siglos, un hombre de gran coraje e intrepidez se aventuró por aquellos mares helados.

Cuando la ciudad marítima de Marsella (Francia) era poco más que una colonia de origen fenicio pero de costumbres griegas, hacia el siglo IV a.C., uno de sus nativos, de nombre Pytheas (también llamado Piteas) se destacó como uno de los navegantes más sensacionales de la historia antigua y aun de la de todos los tiempos. Pytheas había nacido alrededor del año 350 a.C. en la mencionada ciudad, conocida antiguamente con el nombre de Massilia y cuyos habitantes eran considerados griegos, ya que en alguna época fueron colonia de éstos. Por aquel entonces, el mundo conocido era limitado, y pocos eran los navegantes que se atrevían a alejarse de las costas más allá de las aguas que les eran familiares. El comercio era la razón de la navegación, la única que impulsaba al hombre a semejantes travesías, impensables para la mayoría de sus contemporáneos. En medio de este marco, el griego Pytheas, soñando con lejanos horizontes, se lanzó a los mares remotos.

Se cree que fue alrededor del año 325 a.C. que Pytheas hizo su ya legendaria travesía por
los mares polares, la primera de que la historia tenga noticia. Lamentablemente, los años han borrado los detalles del episodio y son muy pocas las referencias conservadas en la actualidad. Por aquella época, el registro historiográfico no se llevaba tan prolijamente como hoy. Sin embargo, se sabe que su viaje consistió en una exploración de la costa oeste de Europa. Partió de su ciudad natal y después de pasar por las columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar), llegó a la actual ciudad de Cádiz (España), antigua Gades, y bordeo la Armórica (antiguo nombre de la costa noroeste de la Galia, actualmente Francia). Luego remontó por el Norte la costa de Inglaterra y aun se aventuró por la de Escocia, mares por los que sus contemporáneos jamás se habrían atrevido. Pero ni siquiera con esto se dio por satisfecho el navegante marsellés, que continuó con su osado viaje.


En efecto, Pytheas continuo hacia el Norte, llegando a las islas conocidas hoy como Shetland y llamadas antiguamente Clickhimin. Prosiguiendo al Norte, arribó esta vez a una enorme isla que él llamó Thule. La identificación de esta ínsula ha sido objeto de numerosas discusiones por parte de los eruditos y geógrafos, pero las opiniones más modernas señalan que la isla bautizada por Pytheas como Thule debió ser Islandia. Este fue el punto más extremo al que llegó el marino, no tocado nunca por ningún ser humano o, por lo menos, no tenemos noticias de una exploración anterior. Su exploración es sin discusión la más intrépida lograda en tiempos antiguos y la primera realizada en la zona polar. Uno se pregunta con qué clase de nave pudo arrostrar tan largo viaje durante meses, qué embarcación fue capaz de soportar las peligrosas aguas heladas del Norte y, sobre todo, qué clase de hombre de aquella remota Antigüedad tuvo la osadía de abordarla.

Mucho más esperaba a Pytheas antes de regresar a casa. Bordeando nuevamente Inglaterra en, sentido contrario al antes navegado, decidió penetrar esta vez en el no menos desconocido mar Báltico. Navego así por las costas alemanas del mencionado mar, tras lo cual dio por terminado su periplo. Deshaciendo camino, regresó por casi exactamente la misma ruta a Marsella. De nuevo en su patria, y probablemente incitado a ello por los fascinados hombres que oyeron su historia, Pytheas decidió escribir en griego la crónica de su viaje, en un libro al que tituló "Del Océano”. Lamentablemente este inusual testimonio de la historia de la navegación se perdió, y solamente lo conocemos a través de fragmentos citados por historiadores antiguos. Sin embargo, aquellos aislados fragmentos alcanzaron para convertir al viaje de Pytheas en un precursor del de los modernos exploradores del Polo, y en una de las más emocionantes epopeyas humanas.

ALGO MÁS
  • Según algunos de los historiadores de Antigüedad que se refirieron a su obra, Pytheas fue además un buen astrónomo, algo nada sorprendente en un navegante de la época. Se lo considera el pri mero en advertir la relación entre las fases de la luna y las mareas.
  • Recién 12 siglos después de Pytheas se efectuó un viaje similar. Fue en el siglo IX y lo protagonizó un grupo de monjes in landeses.

Revista Anteojito N°1564, pp.39-40
28 febrero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1564/page/n37/mode/1up

El papel: del papiro al empapelado

¿Qué "papel" tiene este invento en nuestra vida cotidiana? ¡Sin dudas el papel protagónico! Es el material milagroso de libros, cuadernos, diarios, tarjetas, cajas, empapeladas y todo lo que se te acurra. Un mundo sin papel sería muy aburrido y, sobre todo, ¡muy incómodo! Así lo creyeron los antiguos, y por eso ¡lo inventaron!

UNA PAPIROLADA
Los egipcios fabricaron una de las primeras "hojas" para escribir. Las llamaron "papiros. ¿Sabés por qué? Porque las hacían con el tallo del papiro, una planta que aún abunda a orillas del rio Nilo. ¿Cómo lo hacian? Primero separaban las capas que forman el tallo de la planta. Les agregaban una pasta hecha con harina que las volvía "pegajosas”. Luego superponían varias de estas capas pegajosas y las apretaban para que se unieran fuertemente. El sol hacia el resto del trabajo, secando los papiros. ¡Listos para ser usados! ¿Qué tal? ¿Te animás a hacer algo parecido?

LA PASTA "ASCIUTTA" CHINA
Los chinos fueron los verdaderos inventores del papel. ¡Todo un invento chino! Fabricaban papel con "celulosa" que obtenían de las fibras vegetales. ¿Cómo? Lo hacían con cañas de bambú, que cortaban en pedacitos y remojaban como medias sucias. ¡Tal cual! Cuando estos pedacitos estaban blandos, y después de otras operaciones, los molían con un martillo hasta que se hacía una pasta. Le agregaban brotes de otra planta para hacerla más viscosa. ¡Parece una receta de cocina! ¿No? Pero en lugar de fideos chinos, la pasta de fibras vegetales servía para hacer papel.

¡QUÉ "PAPELÓN"!
El papel chino, hecho con pasta vegetal, se hizo famoso en Europa y Asia. Pero nadie sabía cómo fabricarlo. Hasta que en el siglo VIII, unos prisioneros chinos en Arabia revelaron el secreto. ¡Para qué! La novedad corrió como reguero de pólvora. Los árabes lo llevaron a España, que ya en el 1154 tenía su propia fábrica de papel. Sin embargo, el invento había sufrido un cambio: en lugar de bambú, los españoles usaban ¡trapos viejos! Es lógico. Los trapos eran de lino, planta muy fibrosa. Al desmenuzar los trapos obtenían fibra vegetal, es decir la "celulosa"..., ¡ingrediente básico de la pasta de papel!

UNA VUELTA DE HOJA
Antiguamente se sumergía un "molde para hojas dentro de la pasta. Era como una caja cuadrada que sacaba pasta para una hoja por vez. Esa pasta se prensaba y se secaba al sol, ¡a veces durante semanas! Cada hoja llevaba mucho tiempo, y el trabajo era manual y agotador. Por fin en 1799, L. Robert inventó la máquina de hacer papel. ¿Cómo era? Tenía una red metálica que giraba sinfin alrededor de unos cilindros. Sobre esta "mesa” se apoyaba la pasta. Cuando giraba la red metálica, la pasta avanzaba y pasaba entre unos rodillos que la dejaban chatita, chatita, ¡como papel! ¡Como para meterse en el rodillo!

UN BUEN PAPEL
La máquina de Robert marcó el comienzo de la industria papelera. Hoy en dia todo el trabajo lo hace la máquina continua. Se llama así porque en lugar de hojas sueltas, fabrica una hoja "continua” de papel que se enrolla en un rodillo. ¡Los pasos a seguir son casi los mismos que hace dos mil años! Se prepara la pasta ahora con pino o eucalipto. Se blanquea y se limpia de impurezas. Así limpita se introduce en la máquina donde es moldeada, secada, prensada y vuelta a secar. El último paso es el "satinado” que hace la "calandria”. ¿Qué similitudes y diferencias ves entre el papel chino y el actual?

TIREN, TIREN PAPELITOS
Los pinos, los eucaliptos y las otras plan- tas que dan la celulosa, se pueden agotar. Para que eso no ocurra es necesario "forestar” permanentemente -plantar árboles-. Se ensayaron otras soluciones, como la fibra sintética, pero no dio resultados. La mejor respuesta parece ser el papel "reciclado". En lugar de hacer la pasta con la fibra de madera, se hace con papeles ya usados. Las imprentas y empresas tiran mucho papel que se convierte en pasta para nuevos papeles. Así no es necesario talar tantos árboles. Vos, ¿qué opinas?

¿LO SABÍAS?
  • Los principales productores de papel son los Estados Unidos y el Canadá, seguidos por Suecia y Finlandia.
  • La pasta química se logra gracias al tratamiento de las fibras vegeta- les con sulfato o sulfito.
  • La pasta mecánica -de menor calidad que la química- se usa para hacer papel de diario.
  • El pergamino era cuero de res que se usaba para escribir. Se utilizó por primera vez en la ciudad de Pérgamo, de donde tomó su nombre.

Revista Anteojito N°1564, pp.35-36
28 febrero 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1564/page/n34/mode/1up

Bajo siete llaves

¿Para qué sirve una llave? Sirve para abrir o cerrar puertas, candados y otras cerraduras, corriendo o descorriendo el pestillo. Grandes o chicas, largas o cortitas, las colgamos de un llavero, las guardamos en cajitas o las escondemos en algún bolsillo del pantalón. Pero ellas siempre están listas para descubrir secretos u ocultar tesoros con una simple vueltita y, a veces, con un pequeño tironcito.


La llave tiene un ojo por donde la sostenemos, una barra o cuerpo y un paletón donde están los dientes que se adaptan a la cerradura. Hay llaves maestras que abren todas las puertas y otras inglesas que ajustan o desajustan tornillos, según la ocasión. A éstas las consideramos herramientas. Dime qué llaves usas y te diré qué quieres abrir tal como el dicho.


Las llaves son más antiguas que las puertas. Los egipcios ya las conocían y los griegos, allá por el siglo V a. C., fabricaban llaves de madera que llamaban laconias. Los romanos también tenían llaves de ojos muy trabajados. Algunas eran tan chiquitas que las llevaban colgando de sus brazaletes. Eran verdaderas joyas. ¿Qué abrirían con ellas?



Dicen que San Pedro, tiene un manojo inmenso de llaves para abrir las puertas del Cielo. Los alcaldes tienen una llave gigante que obsequian a ciertas personalidades: es la llave de la ciudad. El que la obtiene, será siempre bienvenido y tendrá las puertas abiertas.

Revista Anteojito N°1564, pp.32
28 febrero 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1564/page/n31/mode/1up

Soy el carpincho

Si querés saber cómo es mi vida tenés que acercarte a algún río o a alguna laguna. Yo nací en la Argentina, pero muchos de mis parientes viven en otros países de América del Sur. Mi nombre es Carpincho y voy a contarte muchas cosas. ¿Empezamos?

CORTA COMO LIMA NUEVA
Nosotros los carpinchos, como todos los roedores, necesitamos tener "a mano" mucha madera. No pienses que la comemos o que hacemos diques como los castores. La utilizamos para limar nuestros dientes. ¡Si supieras cómo nos crecen! Por esta costumbre de roer madera dicen que somos roedores. Los carpinchos somos los más grandotes de todos los roedores. Medimos un metro de largo y 50 centímetros de alto. Y no cuidamos la línea para nada; pesamos 100 kilos. Por mi aspecto particular me llaman "cerdo de agua". Sin embargo, este apodo no me molesta tanto como las persecuciones de mis enemigos: el puma, el jaguar y la anaconda.
UN GRAN NADADOR
Estoy muy orgulloso de mi tamaño imponente. pero... siempre hay un pero. No tengo cola y además mis patitas son muy cortas y no me sirven para correr. Dicen que cuando camino no tengo ninguna gracia. Pero me gustaría que esos que critican mi modo de andar me vieran cuando me zambullo en el agua y comienzo a nadar. ¡Qué estilo tengo! ¡Splash! ¡Splash! Mis dedos unidos por una membrana natatoria son mejores que los más poderosos remos. El agua, que me gusta mucho, alguna vez fue mi "tabla de salvación".

UNA AVENTURA
Un día, un grupo de hombres comenzó a perseguirme para darme caza, porque mi pelaje es muy lindo y mi carne muy sabrosa. Llegué como pude hasta la orilla y me metí en el río. Ellos subieron a una canoa y continuaron su persecución. ¿Sabés qué hice? Di un empellón a la canoa y se las volqué. Y, además, alcancé a morder a uno de ellos. ¡Ja, ja! ¡Cómo escapaban! Y ¡qué torpes eran para nadar! Cuando llegaron a tierra desaparecieron. ¡Estoy seguro de que ninguno de ellos va a tener ganas de volver por estos lados!
DOS MUNDOS
Los guaraníes nos llamaban Capibara, nombre que deriva de Capi-Ivá y que quiere decir: "Que anda entre la tierra y el agua". Esto es muy acertado porque nuestra vida se desarrolla en estos dos ambientes. Mi menú es variado. Cuando estoy en la tierra me alimento con hierbas, raíces y tallos. Y cuando voy a nadar al río aprovecho para comer plantas acuáticas y uno que otro pececito. Vivo con mi familia. Y aunque a veces me enojo, soy muy manso. Bueno, ahora que ya me conocés... ¿Somos amigos?

Revista Anteojito N°1564, pp.29-30
28 febrero 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1564/page/n28/mode/1up

miércoles, 21 de febrero de 2024

Carnavalito

Viento cascabelero
préstame tu rumor;
luna, parche celeste,
préstame tu tambor.
Florcita de las piedras
préstame tus colores;
agüita de vertiente
préstame tus canciones.
Nada llevo en mi alforja,
todo pido prestado,
pero todo devuelvo,
soy un collita honrado.
En mi mula rabona
hacia el valle tranqueo;
coplas de Carnaval
me siguen desde lejos...

Haydée Mayochi
Revista Anteojito N°1563, pp.2
21 febrero 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1563/page/n2/mode/1up

martes, 20 de febrero de 2024

El Carnaval de la Quebrada

"Llegando está el Carnaval/ quebradeño, mi cholita./ Fiesta de la quebrada/humahuaqueña/ para cantar./ Erke, charanga y bombo/ Carnavalito para bailar..." Estos populares versos evacan la alegría del Carnaval en el Norte de nuestro país.

¿CUANDO “CAE” CARNAVAL?
En Jujuy, a lo largo de la quebrada de Humahuaca, se eslabonan muchos pueblos donde las tradiciones se mantienen intactas a través del tiempo: Una de ellas es el Carnaval, la fiesta máxima que congrega a todos, sin excepción de edad. Al comenzar el año, buscan en el almanaque la fecha en que se celebrará el Carnaval. Hay que estar bien preparado para recibirlo como se merece. ¡Con todos los honores! Una visita a parientes y amigos es el primer paso.

¡A AFINAR LOS INSTRUMENTOS!
Las tareas habituales pasan a ocupar un segundo lugar. El primero, sin dudas, corresponde a la preparación de los festejos del Carnaval. Como la música es la protagonista, hay que revisar los instrumentos ¿Están afinados el erkencho y el erke? ¿Necesitan ser retobados la caja y el bombo? ¿Está en condiciones la quajtana, ese palillo que hace sonar el parche de la caja? Los cantores, en tanto, coleccionan cuanta copla recuerdan y agregan alguna más.

EN BUSCA DEL DUENDE
Cuanto más aislado está el poblado, mayor es la celebración. Quizá se olviden de festejar sus cumpleaños, pero nunca dejan de festejar el Carnaval. En todas las casas hay maíz en abundancia para preparar la chicha, la antigua bebida que continua encendiendo la alegría, como en los tiempos anteriores a la Conquista. El sábado de Carnaval, los hombres se dirigen al lugar donde está enterrado "Pujllay”, el muñeco que representa al Carnaval. Lo desentierran. Al volver al pueblo son recibidos por las mujeres que llevan plantas en sus manos.

LOS CARAPÁLIDAS
Los contagiosos compases del Carnavalito resuenan en las calles angostas flanqueadas por casas bajas y escoltadas por cerros de increíble color. Rondas, puentes y molinetes se suceden, poniendo a prueba la gracia de los bailarines. El takirari, danza boliviana, y algunos ritmos modernos también se incorporan al festejo. El baile desata la alegría y se prolonga hasta el amanecer. No hay serpentinas ni papel picado, pero abundan el talco y la harina. Mezclados con el agua, lo blanquean todo.

¿DE QUE TE DISFRAZASTE?
Los disfraces preferidos, el de indio y el de diablo, rivalizan en la vistosidad de sus colores. Los cascabeles que se colocan en la ropa acompañan con su sonoro tintinear a los bailarines. Es como otro instrumento musical que se agrega al charango, al bombo y a la que na. Los participantes cubren sus rostros con singulares caretas de alambre. Se realizan contrapuntos de dichos ocurrentes y de bromas, y también se realizan competitivas cabalgatas.

¡HASTA EL OTRO CARNAVAL!
El Carnaval es como un mago que hace desaparecer la rutina, pero su reinado de alegría, de música y de color es muy breve. Cuando llega a su fin, los hombres nuevamente se encaminan hacia el lugar donde Pujllay será enterrado. Lo hacen en silencio como si se despidieran de un amigo muy querido. Durante un año nadie perturbará su reposa. Pero cuando nuevamente llegue el Carnaval y la algarabía se apodere de todos, los hombres estarán allí felices ante la inminencia del reencuentro y rescatarán a Pujllay del silencio y la soledad.

Revista Anteojito N°1615, pp.24-25
20 febrero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1615/page/n23/mode/1up

La lavanda o espliego

La lavanda es una planta que crece espontáneamente en zonas áridas y pedregosas. Tiene el aspecto de una mata. Abunda en Inglaterra, el sur de Francia y en los altiplanos de los montes Apeninos en el centro de Italia.




El tallo es herbáceo, erguido y muy ramificado. Alcanza a medir cincuenta centímetros de alto. Las hojas son lanceoladas, es decir, que tienen forma de lanza, y son opuestas porque crecen una a cada lado de la rama.





Las flores se presentan en inflorescencia, agrupadas como espigas. Son color azul, con corola labiada, es decir, en forma de labios. Unas hojas llamadas brácteas las protegen. La flor y toda planta exhalan un delicioso perfume.





Si la planta es trasladada a otra región, su perfume varía. Las esencias extraídas de las flores se emplean en perfumería para fabricar frescas colonias y también refinados perfumes. Con las semillas se preparan sahumerios.





En la zona de Provenza, al sur de Francia, la cosecha de lavanda se realiza en verano. Da lugar a una alegre fiesta donde las cosecheras, que son mujeres, asisten bellamente vestidas con el colorido traje regional.

Revista Anteojito N°1615, pp.20
20 febrero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1615/page/n20/mode/1up

viernes, 16 de febrero de 2024

Coplas del carnaval norteño

Carnaval, rey de los tristes,
muñequito de papel;
tu corona es de albahaca...
tu cetro es un cascabel.

Una flor se lleva el río
y es la flor del carnaval;
no penar que al año justo
la flor, viva, volverá.

Ayudados por el viento
que les arrima su flauta,
hasta los cardones viejos
están cantando vidalas.

Haydée Mayochi
Revista Anteojito N°1510, pp.2
16 febrero 1994
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1510/page/n2/mode/1up

martes, 13 de febrero de 2024

El clavel

Su nombre es de origen latino. Clavel deriva de clavellus. Su cáliz es tubular y la corola se ensancha ampliamente dando a la flor apariencia de clavo. De ahí su nombre. Puede crecer espontáneamente o ser cultivado.








La planta tiene el tallo nudoso y delgado, las hojas son alargadas y finas. Puede vivir en lugares muy fríos, aun en regiones donde hay glaciares, ya que posee una capa cerosa que lo protege de las inclemencias del tiempo.








El clavel silvestre es muy simple: apenas tiene cinco pétalos. Pero adecuados cultivos pueden aumentar su número considerablemente. El color es variado rosado, rojo, anaranjado amarillo, blanco y también puede tener delicadas vetas.








Es una planta que se cultiva con fines ornamentales por la belleza de sus flores y por su perfume suave y exquisito. En África, los musulmanes amantes de las fragancias empleaban el aroma del clavel para perfumar sus licores. 








En el simbolismo de las flores, al clavel le corresponde el de los celos. Los nobles franceses, en tiempos de la Revolución Francesa lo unían al ideal del sacrificio. Y Napoleón lo incorporó como adorno a la cinta de la Legión de Honor.








Revista Anteojito N°1614, pp.10
13 febrero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1614/page/n9/mode/1up

Carnaval


El Carnaval se puso
su vestido de agua
y encendió lamparitas de colores
tendidas en guirnaldas…
Estalló en las espaldas de las chicas
y empapó las carreras
en un revuelo loco y divertido
de blusas y polleras...
y aturdió en las comparsas con estruendo
de redoblado caracol
y se espumó de risa en cada lata
de nieve en aerosol.

Siri
Revista Anteojito N°1614, pp.3
13 febrero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1614/page/n2/mode/1up

jueves, 8 de febrero de 2024

Soy la mulita

Quiero presentarme. Soy la Mulita. Pero debo aclararte que no soy una mula chiquita. No. Me llaman así porque tengo la cabeza alargada como ella. Pero, en realidad, yo pertenezco a la familia de los armadillos. Te cuento.

BIEN "ARMADA"
Te preguntarás por qué soy un armadillo. Porque mi cuerpo está cubierto por un caparazón que recuerda a las armaduras que usaban los antiguos caballeros. Es oscuro y está formado por un montón de placas óseas y rígidas. Seguro que querés saber ¿cómo hago para moverme? Muy simple. Todos en mi familia tenemos en el centro del caparazón unas bandas movibles que nos permiten hacer interesantes ejercicios físicos. Algunos pueden arquearse y hasta tienen un truco para engañar a los que los persiguen por la rica carne.
EN EL SUBTERRÁNEO
Tengo mucho trabajo porque he decidido construir un nuevo hogar. Aquí en la llanura pampeana la tierra es muy apropiada para esta tarea. No necesito materiales de construcción, como los humanos. Lo único que me hace falta son útiles de trabajo y tampoco tengo que comprarlos. ¿Sabés cuáles son? Mis propias uñas. Son muy fuertes y con ellas excavo una cueva bien profunda. Dicen que mis patitas cortas y ágiles se mueven con una rapidez extraordinaria cuando estoy entregada a esta bella tarea.

ARMA DEFENSIVA
¿Querés que te cuente lo que le pasó la otra noche a mi primo "el mataco"? Estaba paseando al trotecito, como es su costumbre, con una ligera sacudida a uno y otro lado. De pronto se dio cuenta de que alguien lo seguía. Se asustó mucho porque la luna llena iluminaba todo como si fuera de día. Y entonces recordó el consejo que le daba su papá: "Cuando te veas acorralado enroscate sin pérdida de tiempo.” Así lo hizo. Seguro que el cazador debió creer que se hallaba ante una extraña pelota perdida en la inmensidad del campo y se alejó desilusionado. ¡Ja, Ja!
VIVIR EN PAZ
Tengo muchos parientes en todo el país. Uno de los más famosos es el tatú carreta. Vive en el Chaco. ¡Si vieras qué grandote es! Mide hasta un metro de largo sin incluir su cola. Es inofensivo como todos nosotros. Se alimenta de bichitos, gusanos y raíces. Pero sus antepasados han sido tan perseguidos que actualmente quedan muy pocos tatú carreta en la Argentina. ¡Ojalá que los que destruyen la vida de las plantas y de los animales tomen conciencia del daño que nos causan a todos! Y ahora me despido con un... ¡hasta siempre!

Revista Anteojito N°1561, pp.12-13
8 febrero 1995
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1561/page/n11/mode/1up

martes, 6 de febrero de 2024

La bicicleta: una desventura sobre ruedas

No es un simple medio de locomoción. Es, además, diversión, deporte y muchas otras cosas y tan popular que casi no hay niña en el mundo que no haya dado, por lo menas, una vuelta en ella. Sin embargo, pocos saben la interesante y antigua historia que trae tras de sí. ¿Querés enterarte?

La forma primitiva de la bicicleta, el "velocipedo" (del latín velox, velocidad, y "pes", pie) ya se aprecia en pinturas egipcias de los templos de Luxor y aun en frescos de la antigua Pompeya (Italia), donde se ven a unos angelitos alados montados sobre unos palos sostenidos por dos ruedas. Fuera del arte, sin embargo, no hay pruebas concretas de que lo utilizaran. Durante los siglos XV y XVI, aunque se demostró interés en el tema, no se creó algo concreto. Recién en 1625 una crónica inglesa menciona el vehículo en que viajó por la China el jesuita Ricius, compuesto de una simple estructura montada sobre tres ruedas. Pocos años después parece que tal invento ya tenía su versión propia en Occidente, ya que el prestigioso matemático francés Jacques d' Ozanam (1640- 1717) escribió en 1693 acerca de un carruaje mecánico, esta vez de cuatro ruedas, creado por un médico amigo suyo, que se movía gracias a la tracción ejercida sobre unos pedales por los pies de un lacayo que iba detrás.

A principios del 1700 un mecánico de origen alemán, Stephan Tarflers d' Aldorft, había construido un vehículo de tres ruedas y engranajes que él mismo propulsaba y con el que iba los domingos a la iglesia, para sorpresa de los parroquianos. Pero parece que un día de lluvia la madera se hinchó y reventó. Su dueño no creyó que valiera la pena repararlo y cayó en el olvido. En 1790 el señor de Sivrac creó el primero de los velocípedos seriamente pensados, que llamó celerifero. Se trataba de dos horquillas o bastidores apoyados sobre dos ruedas con una silla para sentarse. Más tarde sus constructores la reemplazaron por figuras de caballos y otros animales. Muy poco después ocurrió un gran invento para el desarrollo de la bicicleta: se hizo movible la rueda delantera. Esto se debió al malogrado ingeniero barón de Drais de Sanerbron quien gastó toda su fortuna en su construcción y que pagaría con su vida la invención, como veremos.


El descubrimiento de Drais permitía fáciles cambios de direcciones, y él se desplazaba con tanta agilidad que era digno de admiración. Por desgracia, durante la demostración pública de su aparato puso a manejarlo a su criado, el cual por torpeza y tosquedad fue abucheado, y su inventor perseguido por niños y grandes por las calles de París. Al día siguiente, los periódicos de la ciudad ya comenzaban su campaña contra la "draisiana", nombre dado por su orgulloso creador al aparejo, ridiculizando a Drais con grotescas caricaturas hasta que éste murió de pena (1851). Pero no todos lo creyeron un lunático, y el joven hijo de un cerrajero francés, de apellido Michaux, al cual fue a parar la draisiana, basado en la máquina que usaba su padre para afilar las herramientas, ideó los pedales. El joven Michaux no se desanimó con sus primeras caldas y practicó en los campos su invento.

Ernest Michaux tenía 13 años cuando realizó su reforma de la draisiana y no tardó en poner un taller dedicado a la construcción del velocípedo. Sin embargo, otra vez llegó el momento de la prueba en público. Era el año 1863. Esta vez fue Lallement, uno de los obreros del taller, el encargado de recorrer las calles de París con el aparejo, diseñado en forma de caballo con ruedas. Se cuenta que la conmoción fue enorme, la gente perseguía a Lallement dando gritos y los niños llegaron a apedrearlo, hasta que Lallement cayó del asiento y, siendo la víctima, terminó arrestado por la policía parisina por escándalo público. Parecía que la bicicleta estaba destinada al fracaso y el oprobio. Sin embargo, poco a poco se fue perfeccionando la idea y el público se fue acostumbrando. Tras la breve moda del biciclo (en el que la rueda delantera era 3 o 4 veces mayor que la trasera y contenía los pedales), se impuso, por fin, la moderna bicicleta, hacia 1893.

ALGO MÁS
  • La moto o motocicleta no es más que una modificación de la bicicleta, ya que se creó a partir de una de éstas a la que se le agregó un motor. Es un invento de principios de este siglo (siglo XX).
  • Lallement, el desgraciado obrero de Michaux, se fue a América del Norte tras su desgraciado accidente, donde montó su propio taller con bastante éxito.

Revista Anteojito N°1613, pp.32-33
6 febrero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1613/page/n31/mode/1up

Estío

Cantar del agua del río.
Cantar continuo y sonoro,
arriba bosque sombrío
y abajo arenas de oro.

Cantar...
de alondra escondida
entre el oscuro pinar.

Cantar...
del viento en las ramas
floridas del retamar.
Cantar...
de abejas ante el repleto
tesoro del colmenar.

Cantar...
de la joven tahonera
que al río viene a lavar.
Y cantar, cantar, cantar,
de mi alma embriagada y loca
bajo la lumbre solar.

Juana de Ibarbourou
Revista Anteojito N°1613, pp.2
6 febrero 1996
https://archive.org/details/RevistaAnteojito1613/page/n2/mode/1up

viernes, 2 de febrero de 2024

El caminante y la Verdad


Cruzando un árido desierto, un viejo caminante halló a una hermosa y solitaria mujer, que permanecía sentada sobre la arena y tenía la mirada perdida en tristes pensamientos.
-¿Quién eres? le preguntó el anciano caminante, deseoso de saber qué penas padecía esa pobre mujer.
-Soy la Verdad -respondió ella.
A esta respuesta le interrogó nuevamente el caminante:
-¿Y qué te ha obligado a dejar la gran ciudad y la agradable compañía de los hombres y a permanecer sola en este desierto?
-La mentira, -respondió la Verdad- mi terrible enemiga, me ha vencido. He notado que gran cantidad de seres, a los que antes les agra- daba mi compañía, ahora me desprecian y me arrojan de su lado.
A estas palabras, el anciano agregó sabiamente:
-No te dejes vencer fácilmente por tus enemigos, por terribles que éstos sean, y lucha con tesón y voluntad, ya que al final la verdad siempre triunfa.

Revista Anteojito N°115, pp. 31
2 febrero 1967
https://archive.org/details/img625_202301/img653.jpg