Domingo. Día del Niño. Bien tempranito a la mañana. Los chicos se despiertan con una sonrisa de oreja a oreja... A su lado hay un juguete nuevo. ¡Es el regalo del Día del Niño! De pila o de cuerda, de peluche o de control remoto, los juguetes también protagonizan este día tan especial. ¡Acá va nuestro homenaje para ellos!
Crecer jugando
Para vos, ¿qué es un juguete? Seguramente dirás que es algo para jugar y divertirte… Para romperlo o robárselo a tu hermano... Para dejarlo tirado en medio del pasillo, ¡y tenés tazón! Pero también, sin darnos cuenta, lo usamos para otras cosas, como por ejemplo, "explorar el mundo". Y esto, ¿qué es? ¡Es muy sencillo! Los juguetes nos ayudan a crecer, a aprender cosas nuevas, a conocer lo que nos rodea... ¿Tantas cosas? Y sí. Los juguetes son importantísimos.
Jugueteando antes de Cristo
¿Desde cuándo hay juguetes? Como haber, hubo desde que el hombre es hombre. Los más viejos que conservamos, vienen de Egipto. Son unos caballitos de arcilla cocida ¡que tienen 2.500 años! También se conservan unas muñecas egipcias de madera, y unas griegas del año 400 a.C. Parece que los caballitos y las muñecas son los juguetes más antiguos. ¿Por qué será? Pero, ¿eran éstos los únicos juguetes? ¡No! Había otro, redondo, que los chicos pateaban con fuerza. ¿Lo sacaste? ¡Sí! ¡La pelota!
Los años pasaron y los chicos siguieron déle que te juega. Llegó la Edad Media, pero poco conocemos de esa época. Sabemos que existían los trompos y los sonajeros, y se conservan algunos caballos de arcilla... ¡con caballero y todo, de esos que portaban armadura y espada! De las chicas, sabemos que jugaban a la mamá con muñecas de trapo o de madera y que había una princesita, Isabela de Francia, que tenía un molinito de juguete. Y era todo de oro. Y bueno... era el molino de la princesa ¡qué tanto!
Del siglo XVI tenemos un montón de datos. Algunos los dio un escritor francés llamado Rabelais y el pintor flamenco Brueghel el Viejo, nos "pinta" muchos juegos de entonces: chicos saltando la cuerda o haciendo girar arcos y trompos, o toneles, ayudados con una vara. Andan en zancos y tiran las tabas. ¿Las qué? Las tabas eran unos huesecitos que se arrojaban al aire. Según cómo caían, el jugador ganaba o perdía.
Al compás del tamboril
Se asomaba el siglo XVIII. A lo lejos se oían platillos y tambores. Una voz, entre tímida y autoritaria, ordenaba: "¡Maaaarchen!" ¿Qué estaba pasando? ¡Muy fácil! Comenzaba el desfile de soldaditos de plomo. Los famosos talleres de Nüremberg, en Alemania, no daban abasto para fabricarlos. Todos los chicos querían tener sus soldaditos en casa, para seguir las alternativas de las campañas napoleónicas. ¡Tal como lo leés! En todas las casas se jugaba a la guerra, en miniatura, imitando al dedillo las guerras.
Pronto comenzaron a fabricarse juguetes mecánicos. ¿Cuáles son? Son los que tienen un mecanismo de "relojería". ¿Cómo los engranajes de un reloj? ¡Exacto! Funcionaban dándoles cuerda, y podían cantar, piar, caminar y hasta ¡tocar el tambor! Durante el siglo pasado se pusieron de moda los juguetes educativos. Enseñaban el alfabeto, los números, los colores... ¡Qué bueno aprender jugando! ¡Pero si eso es lo que hacemos con todos los juguetes! ¡Aprender! El auto de control remoto, el robot con batería, los juegos electrónicos, ¡todos estimulan nuestra imaginación y creatividad! ¿Y a vos?
Revista Anteojito N°1481, pp.18-19
28 de julio 1993
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