Cuando nos referimos a alguien respetable acostumbramos anteponer a su nombre la palabrita "don". Esto es algo corriente en la actualidad. Pero hace mucho tiempo, para ser nombrado "don" había que pagar. ¡Sí, señor! Era como un título de nobleza. Don deriva de "dominus", que en latín significa "señor". Lo utilizaban los Papas y los obispos. A partir del siglo XVII los duques, los condes y sus esposas podían usar el "don". Entonces apareció el "doña" para uso exclusivo de las señoras. Existe otro "don". Tiene un significado muy hermoso: quiere decir regalo.
Revista Anteojito N°1485, pp. 04
25 de agosto 1993
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