Alfonso X el Sabio y colaboradores. Miniatura de las Cantigas de Santa María |
El idioma castellano tiene por base el latín. Cuando los romanos conquistaron la Iberia, impusieron el latín como idioma general, procedimiento que, por otra parte, emplearon con todas sus colonias.
En latín se habían escrito ya lo que se llama obras clásicas; esto es: obras en que la galanura del decir había llegado a tan alta perfección, que aun hoy, constituyen modelos para la enseñanza de la literatura.
Es difícil fijar la época en que el castellano constituyo un idioma aparte con formas diversas del latín vulgar que hablaba el pueblo.
Se presume que la transformación empezó cuando el Imperio Romano fue invadido por los bárbaros del norte. La complicada construcción latina era indudablemente difícil; en consecuencia, el latín vulgar debió adulterarse en palabras; luego se modificaría la construcción, adoptando el pueblo poco a poco la de los invasores que era mas sencilla.
Además del latín, del cual derivan la mayor parte de las voces, entran en el castellano elementos germánicos, griegos, árabes y de otros idiomas.
El poema del Mio Cid es el primer monumento de la literatura española que ha llegado hasta nosotros; pertenece al siglo XI.
Don Alfonso el Sabio (sig. XIII) fue el primero de los reyes de España que ordeno que las cartas de ventas y contratos se celebrasen en lengua española; sin embargo, en las universidades no se empleo por entonces el castellano sino el latín.
En 1256 empezó a componerse el Libro de las Partidas, que es el primer libro que fijo y ensancho el castellano, siendo notables la precisión, claridad y gracia con que están escritas. En su composición intervinieron muchas personas.
Isondú,
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