a veces reto y soberbia,
a veces más que alborozo;
alarido de la tierra
que sube de sus entrañas
y en la sangre forcejea.
Voz total del correntino,
pendón, resabio y herencia.
aliento entre la picada
si el cachapé ya se queda
y son puntal del esfuerzo
cuando el pantano supera.
Pregón de sostén y alarde,
gozo domando a la bestia,
provocación insolente
invitando a la pendencia
cuando la caña se inflama
en odios..., en odios y borracheras.
Arabesco gutural
al chamamé y su cadencia,
y aplauso ingenuo y rendido
al mozo..., al mozo que zapatea
y una lección al caudillo
que va explotando miserias.
Voz de atavismo y de clima
que desahoga latencias,
rudo y bárbaro incentivo
que enardece y que libera.
la sangre así sacudida
corre mejor por las venas.
Franklin Rúveda
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