lunes, 20 de octubre de 2025

Como anillo al dedo


Mucho tiempo atrás
Los primeros anillos de los que tenemos noticia son los del Antiguo Imperio Egipcio. En el Imperio Romano, a su vez, se coleccionaban y se guardaban prolijamente en las llamadas "dactilotecas". En la Edad Media y en el Renacimiento, sobre todo, el anillo se hizo famoso por una macabra utilidad: guardaba en su interior veneno, listo para usar.

Anillos heroicos
Cuando el antiguo reino de Prusia cayó bajo Napoleón, en 1806, la crisis no doblegó a sus habitantes, que sacrificaron cuanto tenían por tratar de apoyar a sus soberanos. Así, las mujeres prusianas, de la más rica a la más humilde, donaron a la patria sus anillos nupciales. Como recibo, se les dio uno de hierro con la inscripción "Di oro por hierro, 1813".

Anillo saltarin
Un 15 de febrero de 1514 el conde de Frangipane perdió un anillo en su campamento cercano a Pordenone (Italia). No era un anillo cualquiera, ya que se lo había enviado su esposa. La desesperación del conde fue grande: ¿qué explicación daría a su descuido? Lo buscó en vano, y quiso el destino que casualmente apareciera en el mismo lugar siglos después, en 1892.
¡Un verdadero misterio anillático!

Anillos históricos
Entre los anillos célebres hay que citar en primer término el que legendariamente se atribuye a la Virgen María. Éste se conserva en la catedral de Perusa (Italia) y se deja ver al público cada año para el día de San José. El anillo nupcial, que Martin Lutero dio a su esposa, es célebre por los grabados que contiene en su diminuta superficie.

Revista Anteojito N°1493, p. 6
20 de octubre 1993

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