sábado, 18 de octubre de 2025

Los árboles y el clima

¿Sabías que estudiando los anillos de crecimiento de los árboles se pueden conocer las condiciones climáticas del pasado? Si, se puede decir que los árboles, a su modo, nos hablan del clima.




Los árboles tienen anillos
Desde hace ya muchísimo tiempo se conoce que el crecimiento de los árboles se realiza en forma periódica y discontinua. En un clima templado, por ejemplo, el desarrollo de las células de la madera es intensa en primavera, luego va frenándose progresivamente y es mínima en los meses más fríos. Cada año este ciclo se repite y deja su "marca. ¿Cuál es? Un anillo. Si, gracias al notorio contraste entre la madera final o tardía de un año y la inicial o temprana del año siguiente resulta bastante fácil identificar los límites externos de cada anillo.

Nace la Dendrocronología
A principios de este siglo el astrónomo Andrew Douglas era asistente en el Observatorio  Lowell de Arizona, en los Estados Unidos. En ese entonces él trataba de encontrar una relación entre el ciclo de las manchas solares, el clima y las características de los anillos de crecimiento anual de los árboles. Para ello analizó 19 cortes transversales de troncos de pinos. Es así como, contando el número de anillos, Douglass estableció que los pinos tenían unos 350 años. Pero además, al medir el grosor de los anillos, pudo identificar ciertas secuencias o ciclos de anillos anchos o del gados. ¡Y estas secuencias también aparecían en otras especies arbóreas! El próximo paso de este investigador fue comparar esta sucesión de anillos con los registros de lluvia caída en la región. ¿Sabes qué descubrió? Que las diferencias en el espesor de los anillos eran un reflejo de las variaciones en las precipitaciones. Es así como nacía una nueva disciplina: la dendrocronología, la cual permite reconstruir las condiciones climáticas y ambientales del pasado.
El número de anillos del tronco es un indicador de la edad del árbol. El estudio de los anillos de crecimiento de los árboles nos permite investigar las condiciones climáticas del pasado. Muchas veces otros fósiles vegetales (abajo) ayudan en estos estudios.

¡A contar anillos!
Con los árboles se puede decir: "Dime cuántos anillos posees y te diré cuántos años tienes.”
Es que el número de anillos de un tronco indica la edad del árbol. Pero a veces, cuando las condiciones ambientales en primavera y verano no resultan favorables, el crecimiento puede interrumpirse momentáneamente. ¿La consecuencia? Aparece un anillo extra o "falso anillo". Otro detalle para tener en cuenta es que el espesor de los anillos de crecimiento de un árbol depende de varios factores. ¿De cuáles? De la temperatura del lugar, de la intensidad de iluminación, de la lluvia caída a lo largo del año, de la calidad de los suelos, entre otros. Es por eso que analizando los anillos se pueden obtener importantes datos paleoclimáticos (es decir, de climas pasados).

Cuando en la Antártida hacía calor
Un bosque petrificado, cuya antigüedad fue estimada en 250 millones de años, fue descubierto recientemente en una planicie del monte Achemar, en la Antártida. El estudio de los árboles allí encontrados permitió deducir que en esos tiempos el clima del continente blanco era mucho más benigno que en la actualidad y que raras veces las temperaturas eran inferiores a cero grado. Sí, el importante grosor de los anillos de crecimiento era un claro indicador de que las condiciones climáticas de la Antártida eran en ese momento favorables para el desarrollo de estos árboles.

Revista Anteojito N°1545, pp. 32-33
18 de octubre de 1994

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