Mientras el sargento interrogaba a su madre y su hermana, el capitán se llevó al niño, de una mano, a la otra pieza...
―¿Dónde está tu padre? ―preguntó.
―Está en el cielo ―susurró él.
―¿Cómo? ¿Ha muerto? ―preguntó asombrado el capitán.
―No ―dijo el niño―. Todas las noches baja del cielo a comer con nosotros. El capitán alzó la vista y descubrió la puertecilla que daba al entretecho.
José Leandro Urbina
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