saca el niño las ovejas.
Y van detrás del cencerro
las jóvenes y las viejas.
Los cándidos corderitos,
como una espuma cargada,
llenan de saltos y gritos
la ruta de la majada.
"El pastor en la roca" de Franz von Lenbach |
Y el niño y el perro llevándola van.
Y uno se retrasa y otro se adelanta.
Y uno galopín y otro galopán…
Y el perro que ladra y el niño que canta.
Los pájaros campesinos
saludan a la mañana,
con un concierto de trinos
que aturden como una diana.
Y el niño con su trajín
cruza prados, salta sotos:
vagabundo querubín
con los pantalones rotos…
Y bajo los álamos, que sombra les dan,
mientras la majada se esparce contenta,
resuena el cencerro dindán y dindán…
y el perro se tira y el niño se sienta.
Juega el viento entre el ramaje,
zumba la mosca en su vuelo,
para una nube de viaje
bajo la quietud del cielo.
El niño canta su copla
de donaires y de quejas
y el perro mira y resopla
sacudiendo las orejas.
Y parten la opípara merienda de pan…
Corren en la grama, duermen en la siesta.
Y vuelven al fin, galopín, galopán,
Cuando ya la tarde se viste de fiesta.
Ernesto Mario Barredo
En “Letras” pp. 28-30
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