mi madre y mis hermanas.
Hace ya tiempo que yo estaba sola
con mis versos, mi orgullo… casi nada…
Mi hermana, la más grande, está crecida,
es rubiecita; por sus ojos pasa
el primer sueño.
He dicho a la pequeña:
—La vida es dulce. Todo mal acaba…
Mi madre ha sonreído como suelen
aquellos que conocen bien las almas;
ha puesto sus dos manos en mis hombros,
me ha mirado muy fijo…
Y han saltado mis lágrimas.
Hemos comido juntas en la pieza
más tibia de la casa.
Cielo primaveral… Para mirarlo
hemos abierto todas las ventanas.
Y mientras conversábamos tranquilas
de tantas cosas viejas y olvidadas,
mi hermana, la menor, ha interrumpido:
—Las golondrinas pasan…
Alfonsina Storni
No hay comentarios.:
Publicar un comentario