Y con el sueño tu dolor mitigas
Dejando el alma a la esperanza abierta.
Vendrá la aurora y te diré: “Despierta:
Huyeron ya las sombras enemigas.”
Soy compañero fiel en tus fatigas
Y celoso guardián junto a tu puerta.
Te avisaré del rondador nocturno,
Del amigo traidor, del lobo fiero,
Que siempre anhelan encontrarte inerme.
Y si llega con paso taciturno
La muerte, con mi aullido lastimero
También te avisaré… ¡Descansa y duerme!
Manuel José Othon
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